• Confirma la utilización del Popular como conejillo de indias del nuevo mecanismo de resolución bancaria.
  • König se fue de la lengua al afirmar, semanas antes de la resolución, que estaba siguiendo al Popular "con particular atención con vistas a una posible intervención".
  • ¿Se imaginan al gobernador del Banco de Francia asegurando que el BNP está fatal?
La reelección de Elke König (en la imagen) está dando mucho de qué hablar, y no precisamente para bien. La presidenta de la Junta Única de Resolución se mantendrá en el cargo, al menos, durante los próximos cinco años, algo escandaloso si tenemos en cuenta su actuación en el caso Popular. No sólo eso. Su misma reelección ha provocado innumerables críticas en Bruselas, además de un cabreo monumental entre los afectados del banco español. Para empezar y según la regulación vigente, la Comisión Europea debería haber propuesto al Parlamento una terna de candidatos y no un solo nombre (König), tal y como ha sucedido. Pero lo más grave no es eso, sino el papel que jugó la directiva alemana antes de la madrugada del 7 de junio y la vulneración flagrante del secreto profesional. Nos referimos a las declaraciones que realizó durante una entrevista televisiva el 23 de mayo. "Banco Popular is also a case we are watching" ("Banco Popular es otro caso que estamos mirando"), afirmó. Pero no fue suficiente para König y ocho días después, el 31 de mayo, filtró a Reuters que estaba siguiendo la situación del banco "con particular atención con vistas a una posible intervención" si los intentos de fusión "eran infructuosos". Brutal. El 23, la propia Elke encendió las alarmas y el 31 le dio la puntilla. Una semana después, la JUR intervino el Popular y se lo entregó al Santander por un euro. No cabe duda de que la entidad que presidía Emilio Saracho fue el conejillo de indias del nuevo mecanismo, con el visto bueno del Gobierno español. Por cierto, König utiliza el secreto profesional sólo cuando le interesa. Por ejemplo, para ocultar el famoso informe de Deloitte que precedió a la resolución. Un escándalo en toda regla y que no ha frenado su reeleción. ¿Se imaginan al gobernador del Banco de Francia afirmando que el BNP está fatal y que lo estamos siguiendo con especial atención con vistas a una posible intervención? Probablemente serían sus últimas palabras como gobernador. En el caso de Elke es aún peor porque estamos hablando de la persona encargada de las resoluciones bancarias. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com