El líder norcoreano Kim Jong-un entiende que el proceso de desnuclearización debe ser "rápido", afirmó el jueves en Seúl el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, advirtiendo que las sanciones contra Pyongyang sólo se levantarán una vez que este haya concluido, recoge Swissinfo de AFP.

"Pensamos que Kim Jong-un entiende la urgencia" de la situación y que "debemos hacerlo rápidamente", dijo Pompeo, tras la histórica cumbre de esta semana en Singapur entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte.

"Estados Unidos sigue comprometido en lograr una desnuclearización completa, verificable e irreversible de Corea del Norte", dijo Pompeo en una conferencia de prensa en Seúl con la ministra de Relaciones Exteriores surcoreana, Kang Kyung-wha, y el jefe de la diplomacia de Japón, Taro Kono.

El encuentro del martes, el primero entre un dirigente norcoreano y un presidente estadounidense en ejercicio, tuvo un gran impacto mediático, pero sus resultados tangibles, en particular sobre la desnuclearización de Corea del Norte, aún generan interrogantes.

Trump dijo el miércoles que su "acuerdo" con Kim evitó una "una catástrofe nuclear" y que ya no existe más esta amenaza desde Corea del Norte

En la declaración firmada por Kim y Trump, Pyongyang se compromete con una "desnuclearización completa de la península coreana", aunque esta fórmula está lejos de las exigencias de Estados Unidos, que lleva tiempo reclamando que Corea del Norte abandone su arsenal atómico no sólo de forma completa, sino también de modo "verificable" e "irreversible". Tras el encuentro, Trump dijo el miércoles que su "acuerdo" con Kim evitó una "una catástrofe nuclear" y que ya no existe más esta amenaza desde Corea del Norte. "No más lanzamientos de cohetes, ensayos o investigaciones nucleares", escribió en Twitter.

También el miércoles, Pompeo, que dirigirá las negociaciones ulteriores con los norcoreanos, dijo que Estados Unidos espera que "la mayor parte" del desarme nuclear norcoreano haya terminado al final de la presidencia de Trump en 2020. 

Por su parte, la jefa de la diplomacia surcoreana dijo que "la alianza entre Corea del Sur y Estados Unidos es más fuerte que nunca", después de que el presidente estadounidense anunciara el fin de los ejercicios militares conjuntos, una vieja exigencia del régimen norcoreano, que siempre consideró esas maniobras como un ensayo para una posible invasión de su territorio.

Pese a que no participa directamente, Japón también consideró que estos ejercicios son vitales. "La disuasión basada en ellos juega un papel esencial en la seguridad del noreste de Asia", dijo el canciller Taro Kono tras las conversaciones trilaterales del jueves, que calificó de "francas". "Estados Unidos avanzará las discusiones sobre las garantías de seguridad mientras vigila atentamente si Corea del Norte da los pasos concretos para cumplir su compromiso de desnuclearización", afirmó. "Todavía no se dieron garantías de seguridad", subrayó.

Estados Unidos tiene unos 30.000 soldados desplegados de forma permanente en Corea del Sur para proteger a su aliado ante la amenaza de Corea del Norte, que lo invadió en 1950 dando lugar a la Guerra de Corea, que duró hasta 1953 y terminó con un simple armisticio y sin un tratado de paz.

Tras sus encuentros de Seúl, Pompeo partió rumbo a Pekín, donde tiene previsto reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, y con el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi.