“Este virus lo paramos unidos”, resume Fernando Simón, visiblemente emocionado, porque la cifra de fallecidos durante las últimas 24 horas anteriores a las 20.00 del sábado 18, bajó hasta los 410. Nos alegramos todos, pero el Gobierno, perdón, el Comité Técnico, no debería mostrarse triunfalista, como si el mérito fuera suyo, porque lo cierto es que el fracaso de nuestros “expertos” y del Ejecutivo socio-podemita, ha resultado sonado, de lo más sonado. Si quieren conocer ustedes el verdadero alcance del coronavirus en España y por qué hablamos de “desastre Sánchez” les aconsejamos que lean ustedes los informes de Rodrigo de Silos para Hispanidad.

Volvamos a las última cifra, las del sábado, Y también fueron menos los número de contagiados (sólo faltaba, tras 35 días de arresto domiciliario) pero siguen siendo 4.218. frente a los 4.499 de una día antes. Si esto es para tirar cohetes, que lo explique Pedro Sánchez.

Al mismo tiempo, continúan muriendo sanitarios y se mantiene el triple récord de España: mayor número de infectados por coronavirus según el número de habitantes, también mayor número de fallecidos por habitante, mayor número de sanitarios afectados por el total de habitantes. Cifras que nunca se trasladan en las ruedas de prensa telemáticas de Moncloa.

Ojo, y Simón, es decir, el Gobierno Sánchez, se sigue aferrando a un método de cálculo que se sabe falso y algunos países como Bélgica, ya han empezado a corregir: con la cantidad de afectados, no basta con contar sólo los contagiados con certificado oficial de infectados por el covid-19. En concreto, para los fallecidos, lo más fácil es lo que ya han hecho algunas comunidades autónomas españolas que consiste en comparar los permisos de enterramiento de antes de la crisis con los actuales. Un método mucho más certero que el de registrar únicamente aquellos fallecidos que habían sido tratados en hospitales o a los que, al menos, se les había hecho el correspondiente test para saber si estaban infectados. 

Pero ya lo ven, el Comité Técnico volvió aparecer, mañana del domingo, exultante, con un doctor Simón a quien no afecta las meteduras de pata, algunas gloriosas, que ha perpetrado desde que se inició como portavoz del Gobierno ante las cámaras de TV.

María José Rallo: “Y esto es todo por mis partes": un ilustrativo lapsus

El número de fallecidos baja de los 500. 410 fallecidos, un dato que invita a la esperanza, asegura Fernando Simón… para justificar la barrabasada de mantener encerrados en sus casas a 47 millones de españoles durante 35 días.

También hay 30.600 sanitarios afectados desde el comienzo de la epidemia pero aquí no compara. Natural: somos el país que más ha dejado tirados a sus médicos y enfermeras y de más. Ahora bien, les aplaudimos a las 20,00 horas, todos los días. Eso les consolará.

Ahora bien, a estas alturas ya sabemos que el confinamiento no acaba con el virus y detiene su propagación con cuentagotas. Simplemente, es un engaño de un Gobierno ególatra y bastante inútil, que se niega admitir su fracaso

En cualquier caso, Moncloa ni se inmuta: si el confinamiento salvaje al que somete a los españoles no funciona… pues más confinamiento.

En la rueda de Prensa de hoy domingo 19, Día de la Divina Misericordia, Hispanidad le pregunta a la comisaria jefe de la Policía Nacional, Pilar Allué, por qué las redes sociales arden contra abusos policiales. Respuesta a la gallega: sólo puedo decir que hemos realizado “miles y miles de intervenciones y la Policía Nacional lo ha hecho con profesionalidad, con proporcionalidad y con respeto a los derechos de los ciudadanos”.  

O sea, que no respondió a la pregunta. Pero, al menos Allué no ha sido tan caradura como el ministro Marlaska, quien le respondió a una periodista que si alguien tenía quejas de la actuación policial se fuera al juzgado (que, por cierto, están cerrados, señor Marlaska). No Allué, con evidente síntoma de disgusto, y ante una parroquia periodista que exige ¡más dureza! Con los ciudadanos, concedió lo siguiente: “Si ha habido malas praxis aplicaremos el régimen disciplinario, como es habitual”. ¡Y voy yo, y me lo creo!

Y el cierre de la rueda de prensa del Comité técnico lo puso la inefable secretaria general de Transportes: “Y esto es todo por mis partes”: un ilustrativo lapsus. Muy cierto, el Gobierno sociopodemita se planteado el asunto como el presidente argentino, el periodista Alberto Fernández: “Lo podéis hacer por las buenas, y estaré muy feliz. Si no, pues lo haréis por las malas”. Y se quedó tan pancho, el boludo.

En España somos más finos y sólo lanzamos lapsus: "esto es todo por mis partes”. Un error sí, pero ya decía Julio Cerón que nada es mas brillante que una errata.