• En Cataluña, todo sea por la soberanía: el líder se une a Ada Colau para celebrar la Diada.
  • Mientras en el resto la guerra va por barrios: las grietas, ahora en la Comisión de Garantías, se abren entre disidentes y descontentos.
  • Pero el gran objetivo de Podemos es la conquista de la Comunidad de Madrid para destronar a Cifuentes con Errejón.

Mientras colea la rebelión en Podemos, Pablo Iglesias da una salto gestual en Cataluña para disipar dudas. Es un poco más allá de la confusa plurinacionalidad que defiende Pedro Sánchez. Es una "Catalunya soberana, diversa y valiente", el lema elegido en comandita con Ada Colau y Xavier Domènech para celebrar la Diada (11-S), como izquierda esencial, al margen del resto. Claro que la meta a largo es más audaz: hacer todo lo que está en su mano para derribar a Rajoy, aprovechando todas las circunstancias el curso político que arranca. Más inmediato, Cataluña, escenificando la unión en Santa Coloma de Gramenet con intervenciones de Iglesias, Domènech y Colau, todos los Podem y en Comú a favor de un referéndum pactado, aunque ninguno tiene claro todavía como apoyar el otro, el del 1 de octubre de Puignemont y la CUP. Posición unitaria en Cataluña, mientras al líder soberano (en la línea más fiel a la prédica leninista del máximo control) se le amotinan en las autonomías, último reflejo de los reinos de taifas de hace siglos a estos efectos y a propósito de las comisiones de garantías autonómicas. La cosa viene de atrás, de la última asamblea de Vistalegre, en la que Iglesia se impuso a Íñigo Errejón e Iglesias se blindó más en el poder. La descentralización fue una de las exigencias planteadas entonces a la nueva ejecutiva, pero la nueva ejecutiva lo entendió a su manera, para no perder el manguito, y dio una vuelta de tuerca en el cambio de los Estatutos añadiendo un nuevo artículo: el apartado del régimen disciplinario. El objetivo, muy claro: menos disensión, filtraciones a los medios y críticas en público. Y ese precisamente es el artículo que la ha armado en doce de las 16 comisiones de garantías autonómicas, que pide que se revoque, mientras reivindican su "necesaria independencia". La guerra se ha desatado tras el cese, con expediente incluido, de Olga Jiménez, presidenta de la Comisión de Garantías Estatal de Podemos, un órgano teóricamente independiente. Razón: "excederse en sus funciones". O sea, por oponerse al cambio en los Estatutos. Curiosamente, Olga Jiménez, como antaño Errejón, es una de las voces críticas de Podemos y llegó al cargo al presentarse en Vistalegre en una lista independiente. Al margen de todo lo anterior, Podemos se plantea como objetivo prioritario la conquista de la Comunidad de Madrid, donde tiene un buen puñado de diputados y el control del ayuntamiento. Para ese fin, las disensiones internas quedan atrás, dando pase a Íñigo Errejón como candidato para destronar a Cristina Cifuentes. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com