Pfizer, Merck y la irlandesa Allergan se suman a la lista de farmacéuticas que han informado hasta ahora de sus resultados trimestrales, con la misma desigual tendencia de un sector que depende, tanto del acierto y desarrollo en sus fármacos como de las operaciones corporativas.

Las farmacéuticas buscan alternativas para sostener su negocio, vía compras como en 2017 o con nuevos productos, ante un escollo que no han salvado: la expiración de patentes y la competencia de los medicamentos genéricos, que presiona a la baja los precios. Claro que eso exige fuertes inversiones en I+D para especializarse en fármacos contra enfermedades más vulnerables (alzhéimer, cáncer, estética o piel).

El último informe de la consultora Backer McKenzie cifraba en 50.000 millones los movimientos de compras en el sector durante el primer trimestre, el mayor desde 2017, y avanzaban la fiebre de fusiones que se acerca este año, hasta duplicar esa cifra.

El beneficio de Merck cae a la mitad, 611 millones, y Allegan ha perdido 286,1 millones

Sigue a los movimientos en 2017, como por Jansen, filial de Johnson & Johnson, de la biotecnólgica suiza Actelion, o de la angloamericana Shine por la nipona Takeda.

La americana Pfizer, sin embargo, se desmarca de esa tendencia, y su presidente ejecutivo, Ian Read, ha descartado una megafusión como buscó antaño, al presentar los resultados. Intentó y naufragó en su asalto a la británica AstraZeneca y la irlandesa Allergan.

La empresa del Viagra ha ganado un 14% más en el primer trimestre, hasta 3.561 millones (en euros, 2.963 millones), con unos ingresos menores de lo previsto por las menores ventas de fármacos contra la artritis (Xeljanz) o el cáncer de mama (Ibrance). Pero busca ingresos extra y por eso quiere vender su negocio de atención médica, aunque no ha recibido propuestas “interesantes” y así las cosas, según Read, lo mismo tienen que “retener ese negocio con más inversiones”.

En el otro extremo de Pfizer está la germana Merck, cuyo beneficio cae a la mitad (736 millones de dólares; en euros, 611 millones) pero aumenta ingresos más de lo previsto 10.090 millones de dólares). La razón está en el coste adicional de unos 1.400 millones para desarrollar el Lenvima, un fármaco contra el cáncer de tiroides en colaboración con la firma japonesa Eisai.

En febrero, Merck anunció que pagará 320 millones de euros por la australiana Viralytics para poterciarse en inmunoterapia oncolítica.

Finalmente, entre los resultados de una y otra está Allegan, que pierde 286,1 millones de dólares (en euros, 237 millones), a pesar del aumento en ventas de su producto estrella, el Botox (+14,4%). En 2017 compró Zeltiq para crecer en esa línea, la estética.

En el trimestre se han movido 50.000 millones en operaciones, cifra que se puede duplicar en el año

La facturación fue de 3.672,1 millones de dólares (+2,77%), de los cuales 817,3 millones corresponden al Botox. Preparada dos fármacos contra la migraña (Ubrogepant) y la depresión bipolar (Vraylar), pero siguen en fase de investigación.

¿Qué ocurre en el resto? Más de lo mismo, como prueban los casos de la francesa Sanofi, que ha reducido un 82% su beneficio (1.016 millones) por la debilidad en su principal negocio, la diabetes, mientras consolida las compras de Bioverativ y Ablynx.

La suiza Novartis, sin embargo, ha ganado un 12% más (1.640 millones), mientras ha vendido su parte en la empresa conjunta con la británica GlaxoSmithKline desde 2015 dedicada a la salud del consumidor, una operación de 10.420 millones de euros, mientras se ha lanzado a la compra la radiofarmacéutica Advanced Accelerator Aplications (AAA), dedicada a medicamentos nucleares moleculares, y la biotecnológica genética americana AveXis.

Roche y Bristol-Myers Squibb, finalmente, se han apoyado en sus medicamentos fuertes para vender un 6% más, en el primer caso con el Perjeta, para el cáncer de mama, o elevar en esa proporción su beneficio, en el segundo, con las ventas de sus inmuno-oncológicos Opdivo, Eliquis y Orencia.