Arabia Saudí, Rusia y EEUU no han logrado acabar con la elevada volatilidad del precio del petróleo, que está en mínimos de hace 20 años, sobre todo, por la pandemia del coronavirus. Y todo ello, a pesar del acuerdo que alcanzaron en la reunión de la OPEP+ (los 14 miembros de la OPEP y otros socios, entre ellos, el país que dirige Vladimir Putin), tras algunos desencuentros, la presión de Donald Trump acabó dando fruto.

Se trata de un recorte histórico en la producción de 10 millones de barriles diarios para los meses de mayo y junio, pero ha sido algo inferior a la esperada por los mercados por parte de esa alianza, que preveía que se situara entre los 10 y los 15 millones de barriles (entre el 10% y el 15% de la demanda). A esto se sumarán las reducciones de otros productores, por lo que el tijeretazo podría llegar a casi los 20 millones de barriles diarios (aproximadamente el 20% de la demanda). Además, la OPEP+ recortará la producción en 8 millones de barriles para el periodo julio-diciembre y en 6 millones entre enero de 2021 y abril de 2022. 

Al sumar las reducciones de otros productores, el tijeretazo podría llegar a casi los 20 millones de barriles diarios

A primera hora de este lunes, el precio del barril de Brent (de referencia en Europa) lo ha celebrado con un alza del 4%, hasta los 34 dólares, pero a mediodía, la cotización ha dado un giro a la baja, situándose en los 32 dólares, y ya acumula una depreciación del 70% respecto a los máximos de este año (los cuales superaban los 60 dólares). Por su parte, el barril de West Texas (de referencia en EEUU) se ha quedado en 23 dólares. 

Paralelamente, conviene destacar a México, al que le propusieron una reducción de 400.000 barriles diarios, pero sólo ha aceptado 100.000 y los 300.000 restantes los asumirá EEUU. Y todo ello, a pesar de que las relaciones entre ambos países son algo delicados: el país que dirige Andrés Manuel López Obrador no duda en desafiar las sanciones de Trump, al permitir el envío de combustibles a Nicolás Maduro, según informa ABC. De hecho, le ha comprado cinco millones de barriles de crudo a cambio de gasolina, y se investiga a otras empresas mexicanas que habrían canjeado crudo por maíz y agua.