La Audiencia Nacional ha condenado a Manuel Fernández de Sousa a seis años de prisión por manipular las cuentas de Pescanova entre los años 2009 y 2011, con el fin de engañar al mercado y a los inversores, y a otros dos años de cárcel por un delito de blanqueo de capitales. Su esposa, Rosario Andrade Detrell, también ha sido condenada por este último delito.

Por cierto, Manuel es hermano de José María Fernández de Sousa, presidente y máximo accionista de Pharmamar (11%), pero con el que no mantiene ninguna relación desde hace, al menos, 40 años.

También han sido condenados once exdirectivos de la compañía con penas que van desde los seis meses hasta los tres años y medio de prisión. Entre ellos, Alfredo Pérez Uros, responsable de Administración, Antonio Taboas, responsable financiero, así como José Manuel Gil González y Ángel González Domínguez, hombres de confianza del presidente.

El papel de la auditora BDO fue decisivo, como se pueden imaginar, y el de su responsable, Santiago Sañé, también. Por eso, la Audiencia le ha condenado a tres años y medio de cárcel y a la firma, filial de la alemana BDO, considerada la quinta del mundo, sólo por detrás de las ‘Big Four’, a indemnizaciones millonarias.

Por cierto, la sentencia también afecta a Mapfre, con quien BDO tenía un seguro obligatorio de responsabilidad civil. Y como toda condena penal tiene asociada una sanción civil, la aseguradora tendrá que hacer frente a esa sanción hasta los 16 millones de euros, que el era el importe asegurado.

No es la primera condena de BDO España. El año pasado, la Audiencia Provincial de Barcelona condenó a la firma por fallos en las auditorías de la cadena de electrodomésticos Miró durante los ejercicios previos al concurso de acreedores presentado en 2011. La auditora recurrió la sentencia.