Jordi Cuixart y Jordi Sànchez cumplen este martes una cuarta parte de la condena impuesta por el Tribunal Supremo, el tiempo mínimo exigido para solicitar permisos de salida. Un permiso que han pedido y que la junta de tratamiento de la cárcel de Lledoners (Barcelona) ha acordado proponer. La última palabra la tiene el Servicio de Clasificación de la Secretaría de Medidas Penales, dependiente de la Generalitat.

Y como la petición es para que salgan de prisión 48 horas, no necesitan del aval del juzgado de vigilancia penitenciaria.

Tanto el líder de Ómnium, Cuixart, como el de ANC, Sànchez, se encuentran en segundo grado penitenciario, lo que les da derecho a 36 permisos de salida ordinarios al año, siempre y cuando esté probada su buena conducta y que no haya riesgo de fuga, naturalmente.

Sea como fuere, ‘los Jordis’ podrían salir ya de la cárcel. ¿De verdad era tan dura la condena?

Mientras, Carles Puigdemont se estrenaba como eurodiputado de Junts per Catalunya, y lo hacía hablando -qué raro- sobre la autodeterminación de Cataluña. Por cierto, al terminar, Puigdemont ha rechazado las réplicas del PP y Ciudadanos. Lo más significativo, en cualquier caso, ha sido la brillante petición del político separatista: pretende liderar una “misión” de europarlamentarios que visiten las cárceles catalanas en febrero. Sería algo así como las visitas que realizan observadores internacionales a presos políticos de países bajo una dictadura como, por ejemplo, Cuba o Venezuela.

De vuelta a España, Pedro Sánchez ha asegurado durante la rueda de prensa del Consejo de Ministros, que, por supuesto, recibirá a Torra. “A día de hoy el presidente de la Generalitat de Cataluña es Torra”, ha afirmado. En otras palabras, a Sánchez le importa un comino el hecho de que Torra haya sido inhabilitado como diputado por la Junta Electoral Central y el Tribunal Supremo.