Vamos con la película. Interviene el ministro, José Luis Escrivá. La primera en la frente: el sistema es solvente y el Pacto de Toledo es muy buena cosa para arreglar el problema de las pensiones o, al menos, para buscar consensos. O sea, una mentira y una tautología.

Y tras la tautología, la obviedad: “Nos enfrentamos a un fuerte incremento del gasto como consecuencia del envejecimiento” de la población.

Ahora empezamos con lo serio: hay alarma sobre la pretendida solvencia de nuestro sistema de pensiones, porque la gente no es idiota y se da cuenta de que la sociedad envejece y de que eso no hay partido que lo arregle.

Además, la incertidumbre provoca que la gente acuda a la jubilación anticipada y que los autónomos paguen lo mínimo.

Dos tontunas en una: los autónomos pagan el mínimo porque es la única manera de tener liquidez para vivir.

La izquierda española se niega a subvencionar la maternidad y fía el pago de nuestras pensiones a los inmigrantes. No me haga reír

En cualquier caso, la intervención de José Luis Escrivá en la Comisión parlamentaria de Seguimiento del Pacto de Toledo, larga mañana del Jueves 5 (la Cincomarzada) ha resultado un fraude de grandes proporciones.

Veamos: el ministro de Seguridad social y Migraciones no ofrece otra solución que la inmigración… pero amenaza con más impuestos. Dice que se recauda poco y así no hay manera de pagar los 9.800 millones de euros mensuales por 14 pegas… sólo de las pensiones contributivas.

Es que desde que le hicieron ministro el exempleado del BBVA se nos ha hecho de izquierdas. Ahora se lanza a degüello contra los planes individuales de pensiones que vendía en el BBVA, mientras asegura que promocionará los planes de jubilación de empresa, asociados… pero no concreta cómo. Y, por supuesto amenaza con reducir las ventajas fiscales de los planes de jubilación individual que, según él son regresivos. Lo dicho, va a fichar por Podemos.

A ver, campeón: los planes asociados tienen buena prensa pero no sirven ni para las pymes (tres cuartas parte de los empleados españoles) ni para los autónomos y, además, tardan unos 30 años en desarrollarse.

Además, parece olvidar el señor Escrivá lo que ocurrirá cuando les explique a los trabajadores que los planes de pensiones asociados salen de su salario. Es decir, que cobrarán menos. Y, por cierto, sin garantías: recuerden el plan de jubilación de Enron.

Más. Escrivá quiere terminar como la prejubilaciones y jubilaciones anticipadas. A mí me parece estupendo pero eso es algo que prometen todos los ministros y que ninguna cumple. No es tan sencillo, porque la empresa que prejubila corre con el coste de la prejubilación a cambio de precarizar el empleo. A saber: cambia al de sesenta años que cobra 3 por el de veinte que cobra 1 y trabaja el doble.

Los planes asociados de jubilación tienen buena prensa pero no sirven ni para las pymes (tres cuartas partes de los empleados) y tardan 25 años en desarrollarse

Puedes promocionar que la gente siga trabajando, que ya lo hizo el PP, pero eso no arregla las cuentas. Las cuentas sólo se arreglan con un retraso brusco de la edad de jubilación, hasta los 70 años, por ejemplo, aunque puede discriminarse según profesionales. No es lo mismo trabajar de albañil hasta los 70 que trabajar de profesor.

Y entonces, ¿cómo pagamos las pensiones? La izquierda, ya se ha visto esta mañana en la Comisión, tiene un mantra: como odia la maternidad ha decidido que sean los inmigrantes quienes paguen nuestras pensiones.

Les explico por qué: el tal mantra es una tontuna importante: los inmigrantes llegan a España y entran en las bandas bajas de salarios. Por tanto, sus cotizaciones también son bajas. Segundo, cuando sus hijos, y es cierto que tienen más natalidad que los españoles, crezcan, y empiecen a cobrar más que sus padres es posible que regresen a su país de origen o, si se quedan, se hayan españolizado, tengan menos hijos y ni estén dispuestos a trabajar tanto. Eso si no se han malogrado con las subvenciones públicas que les ofrecen la izquierda, la misma que quiere utilizarles para pagar nuestras pensiones.

Escrivá quiere terminar con la prejubilaciones y jubilaciones anticipadas, pero no dice cómo

Por tanto, resulta que si el problema es el envejecimiento de la población. La única solución a largo plazo consiste en apoyar la natalidad con un salario maternal adecuado, como el vigente en Alemania. Donde una madre, trabaje o no, cobra 190 euros mensuales (más guardería gratis, lo que eleva la percepción hasta los 300 euros mensuales) y hasta que el hijo abandone el hogar, lo que puede ocurrir mucho más allá de los 18 años. En España, una madre recibe 100 euros mensuales desde los 0 hasta los 3 años… y se acabó.  Por cierto, en Alemania lo cobra la mujer que trabaja fuera de casa y la que no.

Pero claro, apoyar la natalidad es, para la izquierda española, profundamente fascista.

Y a la postre, cuando llega la pregunta del millón -¿Cómo pagamos las pensiones?- la respuesta esbozada por Escrivá es sencilla: hay que recaudar más. Es decir, hay que subir los impuestos.