• Esta comisión no permanente del Congreso cumple un año de reuniones, pero todo sigue como el primer día.
  • Algo difícil de entender cuando la reforma urge por el envejecimiento de la población.
  • Pero a la gente sí le preocupa: BBVA afirma que 2,25 millones de personas han usado sus simuladores de pensiones.
  • Claro que en 2018, las pensiones sólo subirán un 0,25% y los pensionistas volverán a perder poder adquisitivo.
  • Aunque su impacto en el déficit será creciente: acaparará casi la mitad del desvío en 2018 y su totalidad en 2020.
Las pensiones son un tema importante por su repercusión económica y social, aunque parece que los políticos aún no se han decidido a coger el toro por los cuernos. Y es que el Pacto de Toledo sigue sin aportar ideas, a pesar de que en sus manos está el gran agujero del déficit público. Hace un par de días, esta comisión no permanente del Congreso (en la imagen, su presidenta, la popular Celia Villalobos, junto al presidente de la AIReF, José Luis Escrivá) ha cumplido un año de reuniones, pero todo sigue como el primer día. Algo difícil de entender cuando la reforma de las pensiones urge por el envejecimiento de la población. Pero a la gente de a pie sí parece que le preocupa mucho más el tema. Y es que el BBVA ha afirmado que 2,25 millones de personas han usado ya sus simuladores de pensiones, que empezarán a funcionar hace tres años. Claro que el Pacto de Toledo debería tener en cuenta que en 2018, las pensiones sólo subirán un 0,25%, tal y como ha recogido el plan presupuestario enviado a Bruselas (una prórroga del de 2017, ante la falta de un nuevo PGE). Un ligero incremento que conlleva que los pensionistas sigan perdiendo poder adquisitivo porque la inflación roza niveles del 2% (1,8% en los nueve primeros meses del año). Asimismo, el Pacto de Toledo debería agilizar su ritmo de trabajo y aportar cuanto antes una propuesta de reforma porque el impacto de las pensiones en el déficit será mayor en los próximos años, como señala Bolsamanía. Como saben, las pensiones son culpables del desvío de la Seguridad Social, pues aunque aumentan los ingresos (básicamente cotizaciones sociales) siguen sin ser suficientes para cubrir los gastos crecientes. Además, la llamada hucha de las pensiones se ha ido vaciando para hacer frente a las pagas extra y terminará el año con apenas 7.000 millones. En concreto, el Gobierno Rajoy prevé que el déficit público se sitúe en el 3,1% del PIB el próximo año, del cual cerca de la mitad (1,4%) corresponde a la Seguridad Social. Un escenario que se irá complicando, pues en 2020 las pensiones acapararán todo el desvío presupuestario (0,5% del PIB). Y ojo, eso sin tener en cuenta que los cálculos del Ejecutivo podrían no cumplirse, pues la Autoridad de Responsabilidad Fiscal Independiente (AIReF) los considera demasiado optimistas. Cristina Martín cristina@hispanidad.com