El grupo editorial británico Pearson no levanta cabeza. Optó por la educación en 2015, dejando atrás el negocio de los medios que le dio la fama, con la venta de Financial Times y The Economist (a Nikkei y al magnate italiano Agnelli, respectivamente), pero lo que no ha podido dejar atrás, como querría, es su propio declive. Ahora, anuncia la venta de su negocio de libros de textos y recursos formativo US K12 a Nexus Capital Management por 221 millones de euros.

Es, en realidad, un paso más para deshacerse de activos, un proceso que acostumbra a no tener fin. Pearson, de hecho, vende todo lo que puede, si encuentra comprador, al tiempo que el valor del grupo se ha reducido un 25%. Le ha echado la culpa a todo lo que se le ha puesto por delante, desde el recorte de las inscripciones entre las fieles universidades americanas, pasando por las menores ventas de libros de texto, o la irrupción de libros de segunda mano de eBay y Amazon.

El valor del grupo ha caído un 25% desde hace cuatro años, a pesar del recorte de miles de empleos o del dividendo

La venta a Nexus es un paso más del grupo, forzado a recortar dividendos, hace dos años, cuando anunció el despido de 3.000 trabajadores y obligado desde entonces a ahorrar, vía recorte de costes o con desinversiones para levantar la cotización. En septiembre tocó mínimo histórico, en 787 libras, y ahora cotiza a 911.

Llevaba un año intentando colocar USA K12, pero sólo recibirá en efectivo, de momento, 25 millones. Para el resto, tendrá que esperar siete años. Sin embargo, el el consejero delegado de Pearson, John Fallon (en la imagen), ha preferido quedarse con lo mejor: gracias a esa venta, “podremos centrarnos en la estrategia de digitalización que impulsará el crecimiento futuro”.