• La derivada de Bahamas Leaks es sobre todo económica, a diferencia de los papeles de Panamá, más política.
  • Bahamas es un paraíso fiscal en toda regla y también, instrumento parta la evasión fiscal de los ejecutivos.
  • Todos creían que Bahamas era más seguro que Panamá… y la pista seguirá en Belice o Bermudas.
  • La UE investiga a la ex comisaria de Competencia Neelie Kroes (2000-2010), muy dura con empresas como Telefónica.
El culebrón de los papales de Panamá tiene continuidad con el nuevo episodio en la guerra contra la evasión fiscal, ahora en un paraíso fiscal en toda regla: Bahamas. Es la primera conclusión tras la nueva filtración del Consorcio de Periodistas de Investigación (ICIJ), y que afectan a más de 175.000 sociedades offshore en la isla. Pero hay una diferencia entre un caso y otro: los papales de Panamá afectaron especialmente a políticos de distintos gobiernos. En España, el caso más sonado fue el José Manuel Soria, ex ministro de Industria, pero había muchos más en todas las latitudes. El Bahamas Leaks afecta también a políticos, pero sobre todo a ejecutivos de distintas empresas y también del sector financiero. Esa es la razón de que, en la plácida mañana de este jueves, cundiera la histeria en las cúpulas bancarias y empresariales españolas. Hablamos de ejecutivos, que habían apostado por la seguridad de ese paraíso fiscal, frente a otros medio-paraísos fiscales como Panamá. Vamos, que creían que nos los iban a pillar, que estarían más protegidos que los protagonistas de Panamá. La ICIJ, por cierto, tiene su propia página web, y ahí están muchos datos que irán desgranando en lo sucesivo los que han pagado por esa investigación, como el diario alemán Süddeutsche Zeitung, el argentino La Nación o, en España, El Confidencial o La Sexta. Será una novela por entregas, calculada. Algunos de los nombres ya están expuestos, como el caso de la ex comisaria europea de Competencia Neelie Kroes o el ex ministro colombiano Carlos Caballero. Y en España, el empresario Fernández Pujals (ex presidente de Jazztel y Telepizza) o la familia Bacardí. El caso de la ex comisaria holandesa, sin embargo, tiene su aquél. Es sorprendente que figure como directora de una sociedad offshore radicada en Bahamas entre 2000 y 2009 por dos motivos: porque estaba en pleno apogeo de su mandato (2004-2010) -cargos incompatibilidad, ya me entienden- , y también por los ataques de entonces contra empresas españolas. El Gobierno español llegó a acusarla de complicar el futuro de las empresas españolas y de tener un "desconocimiento absoluto de la realidad española". Una de las empresas que estuvo en su diana fue Telefónica, a raíz de la comparativa de precios en banda ancha entre España y Europa. Y para Telefónica, Kroes buscaba excusas para cargar contra la compañía, utilizando las multas con las que amenaza como un escarmiento ejemplarizante para otras compañías europeas. El culebrón que se avecina ya tiene, este jueves, otro capítulo, al publicarse que el Banco Santander abrió 559 sociedades pantalla en Bahamas para sus clientes, aunque la entidad asegura que sólo una es cliente suya hoy en día. Iremos sabiendo más, pero tengan en cuenta una cosa: la lista de paraísos fiscales, según la OCDE, no se detiene en Bahamas. La complicidad para el fraude fiscal se extiende a otros muchos paraísos fiscales. Sólo en esa órbita geográfica, la de Bahamas, están también Antigua, Barbuda, Belice, Bermudas, Dominica, Islas Vírgenes Británicas y una largo etcétera. Por ahí irán los tiros, seguramente, en las próximas entregas. Rafael Esparza