El Papa Francisco dirigió ayer, miércoles 25 de marzo, -día en el que la Iglesia recuerda la solemnidad de la Encarnación del Verbo de Dios-, unas palabras durante la audiencia general celebrada en la Biblioteca del Palacio Apostólico. El Santo Padre dijo así:

“Queridos hermanos y hermanas:

Hoy celebramos la solemnidad de la Anunciación del Señor.  Hace 25 años, san Juan Pablo II promulgó la Encíclica Evangelium vitae, sobre el valor y la inviolabilidad de la vida humana. Este santo pontífice presentaba el ejemplo de la Virgen María que acogió a Dios en el momento del anuncio del Ángel Gabriel, y desde entonces se comprometió a hacerse cargo de esa nueva vida que nacía en sus entrañas, recoge Vatican.va.

Todos ellos tienen derecho a gozar de la plenitud de la vida, y para todos ellos la Iglesia debe tener entrañas de madre

Hoy, ante esta pandemia que estamos viviendo y que amenaza la vida humana, recordamos a tantas personas que se prodigan en el servicio de los enfermos, de los ancianos y de los que están solos. Nuestras sociedades necesitan que difundamos más allá de las emergencias, como la de ahora, esa cultura de la solidaridad, del cuidado y de la acogida, contribuyendo a crear un mundo cada vez más humano, con coraje en la palabra y valentía en las acciones.

Esto significa responsabilizarnos del que sufre, del marginado, del que no es capaz de avanzar por sus propios medios, porque todos ellos tienen derecho a gozar de la plenitud de la vida, y para todos ellos la Iglesia debe tener entrañas de madre”.