El fin de semana de Carnaval volvió a agitar este fin de semana el sosiego de los navarros con un nuevo incidente violento en Pamplona, o una cadena de ellos, que aparentemente se iniciaron en un local de apuestas de la Estafeta, al entrar un grupo de jóvenes con caretas y palos en actitud agresiva, provocando daños e increpando a los clientes. Como todo el mundo sabe, la extrema izquierda y la izquierda abertzale mantienen una permanente campaña en contra del juego y las apuestas, que corrompen a la juventud de Euskal Herria y la descentran de la construcción nacional, auténtica causa que debe aglutinar todas sus energías. Además de este suceso, los propietarios y clientes de otros locales sufrieron ataques semejantes dependiendo aparentemente de las simpatías de la izquierda abertzale hacia cada empresa concreta, informa Navarra Confidencial.

Con ocasión de la celebración del Carnaval, o aprovechándose de ella, un grupo de “moxaurres” se dedicó por tanto a recorrer las calles de lo viejo entrando en algunos comercios y establecimientos. Los moxaurres son unos personajes similares a los kilikis pero más abertzales, con la cara tapada y palos, que azuzan a los espectadores y transeuntes en determinadas festividades. Obviamente el Carnaval proporciona una cierta coartada a que uno deambule por las calles con palos y las caras tapadas, actuando a veces como moxaurres y a veces como “txabales” a lo largo del recorrido, según el tenor de los comercios que se iban encontrando. Si el local era una firma importante de distribución, una multinacional o un local de apuestas, los testigos refieren que actuaban como txabales. Si el local era un bar o un comercio no señalado, como moxaurres, añade Navarra Confidencial.

Toda esta violencia se suma a la que en las últimas fechas viene padeciendo Navarra ya sea por los piquetes de la huelga general abertzale o por la agresión a dos guardias civiles en Alsasua

La acción de este grupo suscitó llamadas a la policía lo que desencadenó el despliegue por lo viejo de algunas furgonetas de la UIP, que salieron en persecución del grupo hasta que se produjo una carrera en la que una chica de 14 años, según la versión, tropezó y cayó lesionándose o fue atropellada por un furgón policial.La situación se enrareció rápidamente alrededor del furgón policial lo que determinó que los agentes introdujeran a la joven en el vehículo y se la llevaran a la cercana comisaría de la calle General Chinchilla, adonde se desplazó una ambulancia para atender a la joven, explica Navarra Confidencial.

Un numeroso grupo de radicales, al conocer la noticia, se acercó entonces a la comisaría a lanzar cohetes, piedras y otros objetos contundentes al edificio y a los agentes, lo que aparte de 3 policías heridos desencadenó nuevas cargas y carreras por la zona añade este medio.

Toda esta violencia se suma a la que en las últimas fechas viene padeciendo Navarra ya sea por los piquetes de la huelga general abertzale o por la agresión a dos guardias civiles en Alsasua. Podríamos pensar que asistimos a un rebrote de la violencia nacionalista y que este rebrote responde a lo que podríamos denominar como una cierta hípermotivación del nacionalismo al tener tanto al gobierno central como al de Navarra en sus manos. De hecho empezamos a advertir un cierto patrón ante la acumulación de sucesos violentos y ese patrón consiste, por parte del gobierno, en decir que todo fueron sucesos leves y sin mayor importancia, y por parte de los partidos nacionalistas en que la actuación de la policía fue brutal y desproporcionada. Respecto los incidentes de este fin de semana las fuerzas nacionalistas socias del PSOE, una vez más, no se han manifestado para condenar al grupo de violentos que desencadenó la situación, sino para condenar la actuación policial, recuerda Navarra Confidencial.