No ha concluido el primer mes del año y el FMI ya ha rebajado la previsión de crecimiento de España para 2021 al 5,9%, frente al 7,2% anterior y, sobre todo, frente al 9,8% que prevé el Gobierno. El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha restado importancia a estas estimaciones asegurando, en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros, que en un entorno tan volátil, las previsiones están en constante revisión. Es cierto ministro, el problema es que esas revisiones son siempre -o casi siempre- a la baja.

En esa misma comparecencia, María Jesús Montero ha dejado claro por qué, además de ministra de Hacienda, es la portavoz del Gobierno: el FMI no ha tenido en cuenta el crecimiento de la economía española del cuarto trimestre, que se conocerá el próximo viernes. Lo más seguro es que sea menor de lo previsto, pero eso no tiene importancia.

En cualquier caso, el FMI espera que la caída del PIB en 2020 no sea del -12,8%, como dijo en octubre, sino del 11,1%. Aún así, sigue siendo más negativa que la previsión del Gobierno (-10,1%).

El FMI empeora la previsión para España para 2021 al tiempo que mejora la del resto del planeta, que crecerá tres décimas más de lo estimado en octubre, hasta el 5,5%. Aun así, la economía española será la que más crezca de Europa este año, pero lo será porque fue la que más cayó en 2020. Y ya veremos.