• Los yihadistas aprovecharon la conquista de la ciudad, con un abundante patrimonio greco romano, para su propaganda.
  • Tras su toma, el 20 de mayo, el EI decapitó a 400 personas, en su mayoría niños, mujeres y ancianos.
  • El arqueólogo llevaba más de un mes secuestrado y ha sido asesinado ante una multitud.
La peor sacudida en el avance del Estado Islámico en Irak y Siria se mide en el número de muertos que ha provocado y la persecución de las minorías religiosas, entre ellas la cristiana, que no se rinden ante un islam fanatizado. Pero esa pesadilla se ha trasladado también al desprecio de la riqueza arqueológica de la región, como en Nínive o después en Palmira. Ahora sabemos el trágico final del director responsable de museos de la ciudad siria de Palmira, cuyas ruinas grecorromanas están incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. El arqueólogo Jaled al Assad fue asesinado a cuchillazos ante la multitud y posteriormente decapitado. El Estado Islámico conquistó Palmira, en la provincia de Homs, el 20 de mayo. La primera muestra del horror fue la decapitación de de 400 personas, en su mayoría niños, mujeres y ancianos. Y aprovechó, después, la destrucción de su rico patrimonio como un argumento más de su bárbara propaganda. Pues bien, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha confirmado ahora del asesinato, al atardecer y en una plaza pública de Palmira, del antiguo responsable de los museos. El arqueólogo llevaba más de un mes secuestrado. Palmira fue en la antigüedad uno de los puntos de encuentro en la Ruta de la Seda y se convirtió en los siglos I y II en uno de los centros culturales más importantes del mundo. Rafael Esparza rafael@hispanidad.com