Era cuestión de días y se concretó el jueves por la tarde-noche, hora local española. Telefónica le ha vendido a América Móvil (Carlos Slim) sus filiales de telefonía móvil de El Salvador y Guatemala, en las que tenía una participación del 60%. En total, 570 millones de euros que servirán para hacer caja y reducir un poco más la deuda de la compañía que, a cierre de septiembre, se situaba en los 42.636 millones de euros.

¿Significa esto que Slim va a dejar trabajar a Telefónica en México? Ni mucho menos. El pacto no escrito al que llegó el mexicano con César Alierta (pacto de no agresión) se ha roto. Slim sigue incordiando en mercados como Argentina o Guatemala (hasta ahora) a la vez que pone todo tipo de trabas a Telefónica en México.

Una mesa con cuatro patas: España, Brasil, Reino Unido y Alemania

La venta de Guatemala y El Salvador se enmarca, más bien, en la estrategia anunciada por José María Álvarez-Pallete en la última convención de directivos: lo único importante es la rentabilidad sobre el capital empleado (ROCE) y aquel mercado que no lo cumpla, se vende. Lo que persigue el presidente de Telefónica es una silla con cuatro patas: España, Brasil, Reino Unido y Alemania. Y cuidado, porque este último país se le está poniendo cuesta arriba. Todo lo demás, por ejemplo, Argentina o Perú, es secundario, lo que no significa que se vayan a vender. Mientras cumplan el ROCE…