• Esta madre cristiana fue encarcelada en Pakistán por supuesta blasfemia. Es decir, acusada gracias a la injusta ley que lo permite.
  • El Tribunal Supremo aún no ha decidido entre la confirmación de la pena capital o su inocencia.
  • Mientras, ella continúa esperanzada, rezando y pidiendo oraciones por su liberación.
Cuando se cumplen más de ocho años del encarcelamiento de Asia Bibi  -el 14 de junio de 2009-  es buen momento para hacer balance de cómo se encuentra esta cristiana encarcelada en Pakistán por supuesta blasfemia y a la espera de sentencia. Según una información de Aleteia, un año después del aplazamiento de la apelación por el Tribunal Supremo de Pakistán y de las amenazas de muerte de 150 muftíes contra cualquiera que ofrezca ayuda a los "blasfemos", el caso no ha progresado. Su familia vive en la clandestinidad. Lo único que se sabe de ella es a través de su abogado, el musulmán Saif ul Malook, que la ha estado visitando en los últimos meses. Afirma que ella está bien y todavía espera su liberación. En cambio, el Tribunal Supremo parece haberla olvidado, pues aún no se ha decidido resolver entre la confirmación de la pena capital o su inocencia. Durante estos 3.000 días, Asia Bibi nunca ha dejado de rezar y pedir oraciones. En homenaje a esta cristiana que se ha convertido en un icono para todos los que luchan, en Pakistán y en el mundo entero, contra todo tipo de violencia en nombre de las religiones, esta es la oración que ella misma ha compuesto el año pasado con ocasión de la Pascua y que la acompaña en su detención: "Señor resucitado, deja que tu hija Asia resucite contigo. Rompe mis cadenas, haz que mi corazón se libere y se eleve más allá de estas rejas, y acompaña mi alma para que esté cerca de mis seres queridos, y para que permanezca siempre cerca de ti. No me abandones en el día de la angustia, no me prives de tu presencia. Tú que sufriste la tortura y la cruz, alivia mi sufrimiento. Estréchame cerca de ti, Señor Jesús. En el día de tu resurrección, Jesús, quiero rezarte por mis enemigos, por aquellos que me han herido. Rezo por ellos y te pido que les perdones por el mal que me han hecho. Te pido, Señor, que levantes todos los obstáculos para que yo pueda obtener el beneficio de la libertad. Te pido que nos protejas a mí y a mi familia. Dirijo un llamamiento especial al Santo Padre Francisco para que me recuerde en sus oraciones". José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com