Tres días ha tardado Pablo Iglesias en aparecer después de la imputación de su partido, el martes 11. Más significativo resulta, sin embargo, que lo haya hecho 24 horas después de que el juez le remitiera la declaración íntegra de José Manuel Calvente, el exabogado de Podemos purgado por él.

Ha sido a través de un hilo en Twitter como el vicepresidente del Gobierno ha salido al paso de las acusaciones, cómo no, haciéndose la víctima. "Estos días, otra vez, vemos portadas y tertulias  que siembran dudas sobre la financiación de Podemos y la honestidad de sus dirigentes, a raíz de nuevas denuncias  contra nuestro partido", comenzaba.

 

 

Iglesias se siente maltratado mediáticamente, algo que no deja de sorprender después de comprobar la benevolencia -mejor aún, silencio- con la que los grandes grupos mediáticos (Telecinco, La Sexta, Cuatro, TVE...) han tratado la noticia y que contrasta con la virulencia mostrada, por ejemplo, contra el PP con el caso Gürtel. "El daño que hacen horas y horas de tertulias, portadas escandalosas y telediarios no lo repara el archivo sistemático de los procedimientos. El juicio mediático, a la hora de intalar relatos, pesa siempre más que el final de los procedimientos judiciales", aseguró.

"Defender la justicia social y un horizonte republicano como parte del Gobierno tiene y tendrá costes. Los cambios y el progreso no se producen sin la resistencia de los viejos poderes", señaló el vicepresidente.

Calvente, por su parte, ha denunciado una campaña contra él: "Me insultan, me acosan, me amenazan en Twitter. Tergiversan mi declaración judicial en sus medios afines, recortándola hasta el infinito. Una campaña perversa para que calle ante la Audiencia Nacional en septiembre. No me conocen, seguiré hasta el final. Y la verdad se sabrá", declaró en un tuit.

El exabogado de Podemos, José Manuel Calvente, que ha denunciado al partido por una presunta financiación ilegal, llamó ayer jueves a la militancia podemita-comunista a decir "basta ya" y exigir un cambio de dirección en protesta por los "sinvergüenzas" que presuntamente "habrían metido la mano" en la caja del partido. "No estamos ante la Gürtel o Filesa. Mucho peor", ha asegurado, "a diferencia de todos los casos de corrupción de partidos en España", en el caso de Podemos se estaría "ante una presunta 'corrupción dentro del partido'". "Una presunta 'financiación ilegal' de algunos dirigentes", explicó.

Y El Economista ha publicado este viernes que Podemos ha multiplicado su deuda por seis y ha dejado las cuentas sin auditor externo.

Pues bien: este viernes, en Tele 5, el diputado de Vox Ignacio Garriga ha considerado que la imputación de Podemos en la causa que investiga la presunta financiación del partido será el "detonante" para que el Partido Popular apoye la moción de censura que la formación de Santiago Abascal presentará en el Congreso el próximo mes de septiembre contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Garriga ha animado a los diputados a que "antepongan España" a las siglas de sus partidos

Garriga ha animado a los diputados a que "antepongan España" a las siglas de sus partidos, aunque esto 'largo me lo fiaís', que diría el clásico...

Y  se ha mostrado  "convencido" de que el PP se sumará a la moción tras este último suceso judicial relacionado con Podemos y ha calificado la moción como “la más necesaria de la historia de nuestra democracia”.

El diputado de Vox ha señalado que le sorprendió que el Partido Popular rechazara la moción de censura nada más anunciarla Santiago Abascal, si bien ha insistido en que los últimos acontecimientos "reafirman la necesidad" de que la moción de censura salga adelante.

Para Garriga, la cuestión más grave de todas en lo relativo a la presunta financiación irregular de Podemos es de dónde viene ese dinero. “El tema es qué hay detrás de esas ilegalidades de Podemos, son narcodictaduras y regímenes totalitarios”, dijo el diputado en referencia a Venezuela.

También cree que Pedro Sánchez debería salir a hablar sobre lo que está ocurriendo en torno al partido que gobierna en coalición con el PSOE: “Es indigno que el presidente del Gobierno siga callado”.