Empecemos por el final: Pablo Casado ha renunciado a los valores cristianos que forjaron el Partido Popular y con ello ha desnaturalizado al PP… y le ha hundido.

Pactar con Ciudadanos ha sido la última tontería que podía hacer. Al igual que Sánchez con Podemos, ha acudido a dar vida a un partido terminal que le ha inoculado su espíritu de derecha pagana. Todo ello para ‘detener’ a Vox.

Pues mire usted señor Casado, precisamente lo que ha hecho ha sido acentuar los rasgos que han propiciado que Vox alcance 52 diputados mientras usted vuelve a demostrar su debilidad de carácter: abandona las ideas y busca identidades, que es el comienzo de todo declive moral e intelectual y político.

Casado también ha mostrado debilidad como líder. Ejemplo: puenteó a Alfonso Alonso pero no le cesó hasta que entró en zona de ridículo. La víbora vasca del PP era un desastre electoral progre -no como Feijoó en Galicia, que es progre, pero no desastre electoral- y tensó la cuerda porque sabía que estaba ante un líder débil. Al final, ha recurrido a Carlos Itúrgaiz, un histórico sí, pero poco dado a obedecer órdenes.

En breve le veremos suspirando porque el Tribunal Constitucional no resuelva sobre la eutanasia… o que resuelva a favor

Líder ideológicamente débil, también. En breve le veremos suspirando porque el Tribunal Constitucional no resuelva sobre la eutanasia… o que resuelva a favor, al igual que hicieron Aznar y Rajoy con el aborto. No entiende que aunque la gente se haya acostumbrado a la barbaridad del aborto, sin el derecho a la vida toda la arquitectura de derechos del hombre no sirve para nada. Falla por la base. Antes o después la defensa de la vida se convierte en la clave de todo partido de origen cristiano.

Y en la renovación de los órganos judiciales, Casado está dispuesto a bloquear el nombramiento de más socialistas en la cúpula judicial -y en esto hace bien-, pero ha renunciado, también aquí, a los principios. No va al fondo de la cuestión: terminar con el actual sistema perverso de elección del actual sistema judicial.

Y en la justicia está dispuesto a bloquear el nombramiento de más socialistas, pero no a terminar con el actual sistema perverso

Ojo, a los jueces no deben elegirles los jueces, sino el pueblo.  

Mientras, Iván Redondo ha convencido a Sánchez de que lo único que tiene que hacer con el PP es calificarse de ultra… porque Casado se lo cree. Y de vez en cuando, otra encerrona monclovita como la de hace 10 días: se le cita para pactar acuerdos de Estado, ¡oh sí! y antes de la reunión ya se tiene preparado el comunicado donde se califica de bloqueador, cavernícola y un poco fachas. Y luego sale ‘Marisú’ par colocarle la camisa azul en cuanto abandone Moncloa. Este ingenuo de Génova, ¿de verdad cree que a Sánchez le interesan los grandes pactos de Estado con la leal oposición? Casado, campeón: bien que traiciones tus principios pero no traiciones, también al sentido común.

Mientras, Redondo convence a Sánchez de que lo único que tiene que hacer con el PP es calificarse de ultra… porque Casado se lo cree. Y de vez en cuando, otra encerrona monclovita

El presidente del PP no debería pactar con Ciudadanos, sino con Vox. Y ahora, antes de que Vox crezca más. O eso, o tenemos Sánchez para rato.

Todo por renunciar al cristianismo, que es la raíz y la esencia del PP… todavía.

Y por cierto, pasadas las seis de la tarde de este lunes, se ha conocido que Alfonso Alonso ha dimitido como presidente del PP vasco… ¡le ha costado casi 24 horas! La decisión llega después de que en la tarde del domingo, Pablo Casado le comunicara que no iba a ser el candidato a lehendakari de la coalición PP-Cs para las elecciones autonómicas del próximo 5 de abril.