Sí, el titular no es riguroso… pero es cierto.

Vuelve el engaño. La Generalitat catalana no prohíbe -porque no puede- pero aconseja ¡a 4 millones de personas! que no salgan de casa y aconseja, que no prohíbe, la reunión de más de 10 personas. Estamos en el terreno del confinamiento inteligente, respetando la libertad, sólo que Quim Torra lo hace así porque no puede hacerlo de otra forma. De hecho, para declarar un confinamiento forzoso tendría que pedirle permiso a Madrid… ¡y eso jamás!

Ahora bien, con la norma no escrita de que no se pueden reunir más de 10 personas, ocurre lo mismo que con el engañoso decreto del 14 de marzo: Se carga la libertad de culto.

Hombre, a la misa dominical suelen acudir bastantes más de 10 personas. Ya veo al Obispado de Barcelona prohibir las eucaristías públicas en nombre de la salud, como hizo el 14 de marzo, y como hicieron otros muchos obispados españoles, yendo aún más allá de lo que el Gobierno prohibía.

Tras la advertencia de los jueces, la Generalitat tiene que pedir permiso a Madrid para un segundo arresto domiciliario… y ¡eso nunca! Por eso no ordena: aconseja

Recuerden: Sánchez no prohibió las Eucaristías pero prohibió salir de cada salvo para comprar comida, ir a la farmacia o sacar a pasear al perro (este último un servicio esencial. La mayoría de los canes no saben defecar en el retrete).

En definitiva, que, de hecho, acabo con la Eucaristía y los obispos se apresuraron a suspender el precepto dominical.

Deberían saber que la mejor vacuna contra el coronavirus es la Eucaristía, que la libertad de culto es un derecho constitucional... y que la Iglesia vive de Eucaristía... y que la Iglesia son los curas y los laicos.  

Ahora ya sólo falta que el cardenal arzobispo de Barcelona, José Luis Omella, vuelva a prohibir, expresamente, las misas de más de 10 personas. Por la emergencia sanitaria y eso. Esperemos que no.