• El presidente, en concreto, desvío más 8 millones en metálico de los sobornos de Odebrecht.
  • Las pruebas de red corrupta ya están en manos de fiscales americanos y de otros países como Costa Rica.
  • La represión en Venezuela es brutal, con asesinatos, desapariciones y torturas de todo tipo.
La ex fiscal general venezolana Luisa Ortega (en la imagen) ha empezado a tirar ya de la manta para poner en evidencia la corrupción de Venezuela y no sólo la corrupción; también la represión policial del régimen. Ha sido en Costa Rica, donde Ortega ha visitado a Jorge Chavarría, fiscal del país y secretario general de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos. Respecto a lo último, Ortega ha narrado las presiones que recibía para edulcorar las acción es de la Guardia Nacional frente a las manifestaciones. Se ha referido, en concreto, a la muerte del estudiante Juan Pernalete por una bomba lacrimógena lanzada directamente con él, que se trataba de rebajar, diciendo que no fue asesinado sino que murió con una pistola de perno. En Venezuela, ha asegurado, hay asesinatos, desapariciones y torturas de todo tipo contras los opositores. Sobre el presidente Maduro, ha dicho que tiene las pruebas de que desvío entre 8 y 10 millones de dólares en efectivo procedente de los sobornos de brasileña constructora Odebrecht. La trama de corrupción es millonaria, ha dicho, y se ha utilizado como fachada "a la empresa venezolana llamada Contextus Comunicación Corporativa". El propietario de esa empresa es Mónika Ortigosa, la esposa de un sobrino de su marido que es miembro de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). La red se extiende y salpica a ministros (el de Educación), alcaldes (como el del municipio Libertador de Caracas), exministros, asesores de Maduro, etc. Luisa Ortega ya ha entregado las pruebas -es lo que ha dicho- a fiscales americanos y también a  Jorge Chavarría. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com