“Vamos a tener que reducir costes, está muy claro”, aseguró este jueves Jean-François Fallacher, durante la presentación de resultados del primer trimestre. El CEO de Orange España, que asumió el cargo en junio de 2020, ha evitado, sin embargo, concretar esa reducción. “No descartamos ninguna opción”, admitió, al ser preguntado por un ajuste de plantilla. Y viendo la evolución de la compañía, es prácticamente inevitable que se produzca tarde o temprano. De hecho, de las tres grandes telecos, Orange es la única que aún no ha ajustado su plantilla, como ya hicieron Telefónica y Vodafone.

Los resultados del primer trimestre no invitan al optimismo. Los ingresos totales cayeron un 7,4%, hasta 1.188 millones de euros, con un significativo restroceso del 10,2% de los de servicios retail, que no superaron los 818 millones de euros. La única partida positiva fue la de ventas de equipos, que aumentó la facturación un 10%, hasta 155 millones. Ni siquiera se salvó el negocio mayorista, que ingresó 215 millones, un 2,3% menos que en marzo de 2020.

La competencia es feroz y el sector tiende al bajo coste. Es el resumen de la situación que ha realizado Fallacher. Por eso, una de las medidas de Orange será potenciar su oferta low cost de Simyo, que en los próximos meses absorberá la marca República Móvil. Los ingresos, en cualquier caso, no se recuperarán durante este año.

Por cierto, Amena no desaparece, al menos de momento, y seguirá ofreciendo tarifas entre las de Jazztel y las de Simyo.

Otra opción para sortear la difícil situación, no sólo de Orange, sino de todo el sector en nuestro país, es la consolidación. La opa de Másmóvil sobre Euskaltel es una muestra y, según Fallacher, beneficia también a Orange, aunque tendrá que renegociar el contrato mayorista que mantiene con la teleco vasca. Sea como fuere, Orange no tiene ninguna operación sobre la mesa, aunque permanece atenta por si surge alguna oportunidad.

¿Qué ocurriría con los derechos del fútbol si triunfa la Superliga? El CEO de Orange evitó entrar al trapo y remitió el asunto a Telefónica, que es quien compró los derechos de la Champions a la UEFA.