OHL perdió 38,5 millones de euros hasta junio, lo que significa más que duplicar los números rojos de 15,3 millones registrados un año antes. El dato más positivo fue la facturación, que sólo descendió un 0,8%, hasta los 1.350,3 millones de euros.

“Los resultados del primer semestre de 2020 están marcados por los efectos de la pandemia Covid-19. En comparación con el primer semestre de 2019, se estima que la pandemia ha tenido un impacto cercano a los 130 millones de euros en las Ventas, por caída de la actividad principalmente en construcción y, un efecto negativo de 25 millones de euros en Ebitda por costes directos e indirectos”, explica la compañía en el comunicado remitido este miércoles a la CNMV.

En otras palabras, la culpa la tiene la pandemia. Sin ella, el resultado bruto de explotación habría rebasado los 45 millones de euros, es decir, habría superado el de junio de 2019.

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Sea como fuere, lo cierto es que España e Iberoamérica fueron las regiones más afectadas por el impacto del coronavirus. La incidencia de la pandemia, sin embargo, fue mucho menor en EEUU, lo que permitió mantener la actividad del grupo en “niveles similares” a los de 2019, según la compañía.

No cabe duda de que el nuevo presidente de OHL, Luis Fernando Amodio, y su hermano Julio Mauricio (entre los dos controlan el 16% de la empresa, frente al 14,6% de los Villar Mir), tienen mucho trabajo por delante. Para empezar, deberán lograr el visto bueno de los bonistas para disponer del crédito de 140 millones de euros con aval del ICO, firmado a finales de abril con los bancos. La constructora no podrá disponer de esa inyección de dinero hasta, al menos, un mes, después de que el martes 4 de este mes no se pudiera celebrar la asamblea de bonistas por falta de cuórum. Es la tercera vez que se aplaza, lo que tampoco es una buena noticia.