• El valor se desploma un 9% en bolsa tras desvelarse un presunto caso de malas prácticas en contratos públicos de su filial OHL México.
  • Y todo para acelerar la sucesión según lo previsto: un holding financiero liderado por su hijo, Juan Villar-Mir de Fuentes.
  • Abertis se niega a comprar en México y el Santander comienza a ponerse nervioso por el elevado riesgo bancario.
  • OHL niega irregularidades en México y asegura que las sospechas se "basan en unas grabaciones obtenidas ilegalmente".

México era ya un problema para OHL y ahora ha aumentado por un presunto caso de corrupción en contratos públicos. De poco ha servido que el grupo le quitara hierro a unas presuntas grabaciones a ejecutivos de su filial OHL México para evitar que el valor se desplomara en bolsa. El valor ha caído a plomo, más de un 9%, hasta 18,32 euros las acción. Pero México es un problema para OHL que va más allá de este hecho puntual, porque sus activos en aquel país están asfixiados por una deuda difícil de sostener. Llevado por la necesidad de reequilibrar el balance, OHL ha intentado colocar a Abertis las autopistas mexicanas, del mismo modo que le había comprado las chilenas y brasileñas, pero la empresa de La Caixa se negó. Y a las dudas que plantea el elevado de apalacamiento de la constructora, se une también la preocupación del Santander, que comienza a ponerse nervioso por el elevado riesgo bancario. Todo ello, finalmente, podría acelerar la sucesión en OHL, según lo previsto: un holding liderado por Juan Villar-Mir de Fuentes, hijo de Juan Miguel Villar Mir (ambos en la imagen). Villar-Mir de Fuentes no entiende la diversificación acelerada en la que ha entrado el patriarca, le preocupa el endeudamiento de la firma y por eso se rebela. La historia de este jueves en bolsa es una secuela de lo que pasó ayer en México, donde fue suspendida la cotización de la filial de OHL por la Comisión mexicana del Mercado de Valores cuando las acciones caían casi un 12%. Las razones esgrimidas fueron "supuestas malas prácticas" en algunos contratos y llegaron después de que la prensa de aquel país desvelara presuntas conversaciones en las que ejecutivos de OHL planeaban cargar al Gobierno un sobrecoste en el contrato por una autopista de peaje. La empresa ha negado esta mañana en un comunicado cualquier tipo de actuación irregular y he señalado que el desarrollo de sus negocios en México "se ajusta estrictamente a la legalidad, a los contratos que tiene suscritos y a las mejores prácticas corporativas". Según OHL, las informaciones de la prensa mexicana "basan en unas grabaciones obtenidas ilegalmente", y añade que "se ha iniciado la correspondiente investigación interna para esclarecer los hechos y adoptar las medidas que resulten oportunas". Pero en México OHL tiene problemas y por eso acordó la venta a IFM Global Infrastructure Fund (IFM) de una participación un 24,99% de Concesionaria Mexiquense por un importe de 513 millones. Además de cumplir con las necesidades financieras de su filial (más de 250 millones de euros este año), la operación lleva aparejada la obtención de los recursos necesarios para participar en el plan de infraestructuras de México. Con esa venta, OHL se libraba de tener que inyectar dinero o de una ampliación  de capital. Rafael Esparza