El Nuevo Orden Mundial (NOM), es decir, el consenso internacional progresista ha cambiado de plan para España. Hasta ahora, pretendía la alternancia entre Pedro Sánchez y Albert Rivera. Es decir, entronizar el pensamiento único disfrazado de binomio democrático entre una derecha y una izquierda progres, marginando al Partido Popular que, con Casado (no así con Rajoy y Soraya) todavía mantiene un muy debilitado pero aún repugnante hedor cristiano para el olfato NOM.

Ahora bien, no se contaba con la desmedida ambición de Albert Rivera -en la jerga al uso se le tilda de ‘inestable’- cerrado en banda para apoyar la investidura de Sánchez, lo que convertiría al PP en radicales de derechas.

Si fuera necesario, se prescindiría del inestable Rivera pero no para cambiarle por Pablo Casado sino por Inés Arrimadas

Por eso, el Nuevo Orden ha decidido cambiar de táctica. Ahora apuesta por la fusión entre el PP y Ciudadanos. Sería la forma de que el PP no resulte cristianizado por Vox (insisto Vox es cristiano en teoría, más que en la práctica) y camina hacia una fusión entre ambos partidos de derecha pagana, que no liberal.

Ojo, esta fusión no tiene por qué hacerse con Albert Rivera al frente. El NOM, que de cara a España se personifica en Emmanuel Macron y se ejemplifica en Pedro Sánchez, lleva ya semanas promoviendo una división en Ciudadanos que lleve a Inés Arrimadas al liderazgo del Grupo. Y no, el NOM no se fía de Pablo Casado como líder de la derecha española, es decir, como líder de esa fusión.

Al final, el cambio no es tan profundo y el objetivo sigue siendo el mismo: expulsar a Cristo de la vida pública europea y española. Para ello, necesita una nueva restauración con un partido progre de izquierdas y otro progre de derechas. El NOM no es una conspiración porque, en la sociedad de la información, no se impone la conspiración, sino el consenso, algo mucho más temible por ser mucho más imperceptible. Y el consenso NOM ha decidido prescindir de Rivera mediante una fusión Cs-PP. Fuera del sistema y lo aceptable quedaría Podemos y Vox, dos partidos que mantienen algunas convicciones, sean buenas y malas. Y a la progresía del Nuevo Orden, las convicciones firmes siempre le han parecido peligrosos dogmatismos… vengan de donde vengan.

Se trata de conseguir el pensamiento único: un partido de centro izquierda y otro de centro derecha

Para no perdernos: el objetivo último del Consenso NOM sigue siendo el mismo: expulsar al Cristianismo de la vida pública europea. Por ello, es lógico que el líder más querido por la progresía, continúe siendo el muy maleable Pedro Sánchez, que sirve para un roto y para un descosido. De cristófobo radical, que lo sigue siendo, a icono de la moderación política.

A la postre, se trata de conseguir el pensamiento único: un partido de centro izquierda y otro de centro derecha. El PSOE frente a la resultante de la fusión PP-Ciudadanos. Una democracia bipartidista, con un solo pensamiento único. Naturalmente, pensamiento progresista. Es decir, abajo los curas y arriba las faldas.

¡Y olé!