• Entre los cinco pretendientes para hacerse con el rescatado BES hay dos fondos especulativos, Apollo y Cerberus, y los chicos Fosum y Anbang.
  • El Santander está interesado, pero su oferta no vinculante dista mucho de la de uno de los grupos chinos: unos 2.500 millones frente a más de 4.000.
  • El precio será uno de los factores, no el único, que tendrá en cuenta el Banco de Portugal: el Gobierno quiere venderlo por 4.900 millones.
  • Si avanzan las ofertas de Apollo y Cerberus entrará en juego un modo de trabajar en la banca que no es bancaria.
  • Y paralelamente, para los dos aspirantes chinos está en juego la entrada en el sistema financiero europeo a través de Portugal.
El Gobierno portugués aspira a colocar Novo Banco, la entidad financiera surgida en agosto de 2014 tras el rescate del Banco Espirito Santo (BES), antes del verano, por unos 4.900 millones de euros. Es, no hay que olvidarlo, la tercera entidad del país, con unos activos valorados en 72.500 millones, después de Caixa Geral de Depósitos, con unos 100.000 millones, y el Banco Comercial Portugués (BCP), con 78.800 millones. Y paralelamente, el Banco de Portugal sigue deshojando la margarita sobre los candidatos. Primero fueron 17, luego siete y ahora cinco. El pasado viernes17, el banco emisor explicaba a última hora en una nota que eran cinco las ofertas no vinculantes aceptadas y que podrán presentar sus ofertas vinculantes antes de finales de junio. Termina así una las fases de la subasta y empieza otra, más interesante, decisiva. Por supuesto, el gobernador Carlos Costa no daba los nombres, algo a lo que sí se ha atrevido la prensa portuguesa. Entre ellos está el Banco Santander, del que ya nos hicimos eco la semana pasada al señalar que el banco de Ana Botín irrumpe en la subasta de Novo Banco, y otras cuatro ofertas: dos fondos especulativos americanos, Apollo y Cerberus, y dos grupos chinos, Fosun y la aseguradora Anbang. Elevando la anécdota a categoría y al margen del resultado final de la subasta, ahí tienen la tendencia: banca en la sombra, a la que le importa más o menos un pito la actividad bancaria propiamente dicha (depósitos, hipotecas, función social de la intermediación bancaria), y grupos chinos, a los también les interesa Novo Banco pero como puerta de entrada en el sistema financiero europeo. Pero son eso, grupos chinos, procedentes de un país que no trata con las mismas condiciones a las empresas occidentales (es más, al contrario, las discrimina). El banco emisor tomó su decisión el viernes después de un procedimiento de audiencia previa, en el que los aspirantes no seleccionados tuvieron 10 días para pronunciarse al respecto. De siete quedaron cinco. Los dos cuya oferta no vinculante se detiene son el Banco Portugués de Inversiones (BPI) -sobre el que Caixabank lanzó una OPA por el 100%-, y otro grupo asiático, el Bank of China. El precio ofrecido será uno de los factores determinantes, no el único, en la selección del comprador. Sobre este punto, según el diario portugués Expresso, la oferta no vinculante del Santander está en unos 2.500 millones de euros, mientras que uno de los grupos chinos la ha situado por encima de los 4.000 millones de dólares. Ahora bien, los primeros resultados de Novo Banco con su nuevo presidente, Eduardo Stock da Cunha, no fueron precisamente para tirar cohetes, sino lo contrario. El Banco de Portugal tendrá también en cuenta otros criterios, como la estrategia para Novo Banco o el impacto en el sector en términos de competencia. Es inquietante, en cualquier caso, que al margen del Santander, estén en la puja dos fondos especulativos americanos y dos grupos chinos. En otras palabras, banca en la sombra y dinero que procede de un país comunista en el que todo pasa por los designios del omnipresente PC. La banca en la sombra, generalmente fondos especulativos, compra para desguazar, despiezar o jibarizar después lo que ha comprado: no le interesa otra cosa que la rentabilidad. Prefiere la banca de inversión a la banca comercial. Tiene otras prácticas que nada tienen que ver con la salud de la economía real. Y a los grupos chinos les interesa Portugal porque es una plataforma interesante para penetrar en Europa. Otro grupo chino, Haitong, compró en agosto Banco Espirito Santo Inversión -la división especializada del BES en inversión- por 379 millones de euros. El grupo Fosun, mientras, es uno de los mayores grupos industriales y de inversión chinos. Y lo mismo cabe decir de la aseguradora Anbang. China ya ha accedido por esa vía a sectores estratégicos europeos como el eléctrico o el aéreo. Grandes grupos de ese país como There Gorges (Las Tres Gargantas) o State Grid se hicieron con dos de las empresas portuguesas del sector energético como, EDP y REN. De hecho, la adquisición del 22% de EDP por There Gorges supuso después la salida de Iberdrola de la energética, en la que tenía un 6,6%. Los bancos chinos podrían repetir la misma estrategia en el sector bancario con la compra de Novo Banco. Rafael Esparza rafael@hispanidad.com