No se pierdan el nuevo ejemplo de censura en Facebook: ahora le ha tocado el turno a San Agustín. El obispo de Hipona, una de las referencias intelectuales de la cultura clásica, filósofo perenne, ha sido censurado por Mark Zuckerberg por promocionar un discurso de odio. No es coña.

Bueno, ha sido censurado un sacerdote que se le ha ocurrido plasmar en su muro de Facebook la siguiente cita de San Agustín. Ojo al dato: "Nunca asumamos que si vivimos vidas buenas estaremos sin pecado; nuestras vidas deben ser elogiadas solo cuando continuamos pidiendo perdón. Pero los hombres son criaturas sin esperanza, y cuanto menos se concentran en sus propios pecados, más interesados se vuelven en los pecados de los demás. Buscan criticar, no corregir. Incapaces de excusarse, están listos para acusar a otros".

¿En manos de quién estamos? Facebook llegó a censurar una alusión de "10 negritos", la obra más famosa de Agatha Christie, por racista

Pues eso, miren por dónde, según Facebook, es discurso de odio. Tampoco se asombren: todo lo que rodea a los delitos de odio (con penas que en España pueden alcanzar los tres años de cárcel) es de una insensatez difícilmente superable. Ejemplo: Facebook censuró a Hispanidad por citar la obra cumbre de doña Agatha Christie (Diez negritos) porque según Facebook, era racismo. 

Ahora ha sido otra genialidad de Zuckerbeg, quien en nombre de lo políticamente correcto, ha decidido censura a San Agustín por odiador profesional. No, si aquí nos estamos volviendo todos idiotas o sufrimos de enajenación transitoria.  

Los dueños de Internet (Zuckerberg, Bezos, etc) se han convertido en el paradigma de la imbecilidad modernista y de la era de la blasfemia

¿En manos de quién estamos? Los dueños de Internet (Zuckerberg, Bezos, etc) se han convertido en el paradigma de la imbecilidad modernista y de la era de la blasfemia.

¿O son algo más? Porque el mismo comunicante que me hace llegar lo de la censura a San Agustín, añade esta actitud, digamos volitiva, de don Mark en defensa del aborto en Irlanda. O sea, que san Agustín era un odiador, según Facebook... la misma red social que  fomenta el aborto, es decir, el asesinato del ser humano más indefenso y más inocente.

A lo mejor, Zuckerberg no es idiota sino satánico.