Es curioso que, durante, la nueva encerrona a Rocío Monasterio, responsable de Vox en Madrid, perpetrada el jueves en Los desayunos de RTVE, el sectario Xavier Fortes y todos los tertulianos presentes, en una excelente combinación de progres de izquierda y progres de derechas, acusaban a Santiago Abascal de dar mítines pero no conceder ni entrevistas ni ruedas de prensa.

Que es, exactamente, lo mismo que Iván Redondo principal asesor del presidente  Pedro Sánchez, ha dictaminado para la 28-A.

Redondo, como los de Vox con Abascal, sabe que su líder es bastante limitadito. Por eso, el gran comunicador monclovita ha dictaminado que a Pedro Sánchez se le mire desde lejos, en Falcon, en reuniones institucionales o en mítines con los ya convencidos. En la distancia corta don Pedro pierde mucho.

Y la campaña electoral debe ser institucional: hay que hacerla  desde el Gobierno y con los medios del Estado

Además, lo mejor es hacer campaña electoral para el Gobierno con la fuerza del Estado. Institucional, que le dicen. Y sale más barato. Es como lo que antaño decían en Barcelona acerca de las jugadas del Real Madrid en el área: mejor cámara lejana, no fuera a ser que “se viera bien”.

En cualquier caso, guste o no -a mí no me gusta- no conviene engañarse. A día de hoy, viernes de Cuaresma, 22 de marzo, el favorito para ganar las elecciones del 28 de abril continúa siendo Pedro “Sánchez”. Quien no lo acepte, tiene un mes para invertir la tendencia.

Redondo es consciente de que Pedro Sánchez no da mucho de sí: hay que mirarle desde lejos, como institución, no como persona

El CIS puede exagerar, lo hace hasta la náusea, pero lo cierto es que hasta que el no muy talentoso Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, el PP ganaba al PSOE y hoy el PSOE gana al PP.

Además, don Pedro el institucional mataría antes que abandonar la Moncloa. Por tanto, reeditará el Frente Popular con comunistas y separatistas, o revivirá el pacto con Ciudadanos –con quien les une el mandato masónico-  o el guerracivilismo. Pero mantendrá el poder.

¡Ah!, no esperen rupturas en el PSOE, donde, internamente, ya no manda el consenso, sino los métodos leninistas. O sea, un tal Pedro Sánchez.