“La cosa nunca será normal aunque se vuelva universal”. El atentado de Niza del pasado jueves fuera perpetrado por un tunecino de 21 años que había entado en Europa por el coladero de Lampedusa. Entró en la basílica católica de Niza María y apuñaló a tres personas provocándoles la muerte, al grito de Alá es grande.

“Ha sido un ataque contra todas las religiones”. ¡Y una porra! Ha sido un ataque contra la Iglesia Católica, porque este fanático era bastante ignorante y esperaban que Emmanuel Macron era un chico muy pío, que reza el rosario diariamente.

Pero homenajear a las víctimas que estaban en la Iglesia rezando a Cristo como un atentado a “todas las religiones” es una muestra más de cristofobia y, en el presente caso, de estupidez profunda.