• Y a los que no murieron, los terroristas los remataron a balazos. Es la última muestra de barbarie del grupo yihadista que ha sembrado el terror en Nigeria.
  • Desde que comezó a actuar, Boko Haram ha matado ya a más de 17.000 personas; también niñas a las que había secuestrado y violado sin piedad.
  • El grupo terrorista aprovecha la precariedad y abandono en las zonas rurales y los escasos medios de los soldados desplegados para combatirles.
  • Por cierto, el líder del grupo terrorista está vivo y coleando, aunque Nigeria y Chad lo han dado por muerto o relevado de su cargo.
Boko Haram continúa derramando su reguero de sangre por Nigeria. Los energúmenos de esta secta islamista, que han jurado fidelidad al Estado Islámico, han asesinado por lo menos a 100 personas durante su asalto a un pueblo del noreste del país africano, aunque algunos testigos elevan esa cifra a 150. Muchas de estas víctimas murieron ahogadas al tratar de cruzar un río con crecidas por la fuerte lluvia, mientras escapaban de las garras de sus perseguidores. Del resto se encargaron los propios terroristas, que arremetieron arbitrariamente a balazos contra ellos. Así lo relatan los supervivientes de este ataque terrorista a la aldea de Kukuwa Tasha, en el estado de Yobe. La ofensiva se produjo la semana pasada, pero ha tardado en conocerse debido a la precaria infraestructura de telecomunicaciones en la región. De hecho, las autoridades del país no han podido facilitar todavía ninguna cifra sobre el número de asesinados. Boko Haram está sembrando el terror entre la población del noreste de Nigeria, suficientemente castigada por la pobreza, desde el año 2009. El número de víctimas mortales que lleva a sus espaldas, muchas de ellas niñas, es escalofriante: más de 17.000. El grupo integrista perpetra sus ataques también en Chad, Níger y Camerún. Las tropas de estos países están uniendo sus esfuerzos para combatir a los terroristas, pero sus éxitos son escasos debido a la falta de medios. Este balance contrasta, en cambio, con el optimismo del presidente de Chad, Idriss Deby. El mandatario africano aseguró la semana pasada que la secta islamista tenía ya los días contados, y esperaba su disolución a finales de año. Idriss Deby apoyó su tesis en un supuesto relevo de poder en Boko Haram, dirigido ahora por un líder dispuesto a negociar una salida al conflicto, un tal Mahamt Daoud. Estas conjeturas, sin embargo, no han podido sostenerse mucho tiempo. Este domingo, el sanguinario y tradicional cabecilla de Boko Haram, Abubakar Shekau, desmintió cualquier cambio de liderazgo. Shekaku aseguró a través de un mensaje de audio que está "vivo y al mando", en referencia también a las sospechas de su muerte difundidas por las autoridades nigerianas. Daniel Esparza daniel@hispanidad.com