• En medio del bloqueo saudí, Catar se juega su prestigio ante el mundo.
  • ¿Se atreverá la UEFA a pararle los pies?
  • Catar es el dueño, por ejemplo, del 8,5% de Iberdrola, del 20% de IAG y del 10% de El Corte Inglés.
  • Y ojo, porque es un inversor que influye y fiscaliza a los gestores.
Neymar es un gran jugador y con su fichaje, el PSG ha dado el salto cualitativo más importante de su historia. Eso no lo duda nadie. Ahora bien, la marcha del brasileño a París traspasa las barreras de lo puramente deportivo. "La ambición del PSG es lo que me atrajo a este club", ha señalado el jugador. Y no le falta razón, aunque lo correcto es hablar de la ambición del dueño del PSG, el fondo Qatar Investment Authority (QIA). Porque Catar se está jugando su prestigio ante el mundo después de que Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Yemen y Egipto le acusaran, a principios de junio, de financiar el terrorismo, por ejemplo, del autodenominado Estado Islámico y de Al Qaeda. Algunos hablan de Neymar como maniobra de distracción, y razones no les faltan. Ahora bien, la prepotencia y la chulería de Catar -personificada estos días en el presidente y propietario del PSG que es, al mismo tiempo, presidente de BeIN Sports (filial de Al Jazeera) y presidente de la Federación de Tenis de Catar, Nasser Al-Khelaïfi, puede volverse en su contra. Porque lo que está consiguiendo Catar, bajo el mando del emir Tamim bin Hammad Al Thani (en la imagen junto a Neymar) es cabrear a todo el mundo. Por mucho dinero que tengas no se puede ir por el mundo comprando todo a golpe de talonario y con una chulería irritante. No son sólo los 222 millones de euros que ha pagado por Neymar, sino todas las inversiones que ha ido haciendo durante los últimos años en empresas estratégicas de Occidente. Eso sí, el que quiera entrar en Catar tiene que cumplir todas sus condiciones o no entra. Por ejemplo, no se pueden introducir cruces ni ningún símbolo cristiano. Recuerden cómo el Real Madrid eliminó la cruz de su escudo. Sólo en España, por ejemplo, Catar posee el 8,5% de Iberdrola, es el máximo accionista de Colonial, controla el 20% de IAG (Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus) y tiene el 10% de El Corte Inglés. Además, posee, entre otros, el Hotel Intercontinental en Madrid y el puerto deportivo de Tarragona. Y lo peor de todo es que, a su chulería y prepotencia hay que añadir que Catar es un inversor que influye y fiscaliza a los gestores de las compañías en las que entra. Y esto, como pueden imaginar, no gusta a nadie y menos aún a los gestores. ¿El fichaje de Neymar? Una muestra más del modus operandi de Catar, que quiere, además, utilizar la imagen del brasileño para promocionar 'su' Mundial de Fútbol de 2022. De hecho, Neymar ha fichado por cinco años, hasta 2022. ¿Se atreverá la UEFA a pararle los pies si se comprueba -todo hace sospechar que sí- que el PSG ha roto el fair play deportivo? Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com