• Los datos: a 42-43 euros MW se cubren costes e impuestos. Con 53 euros se cubren los gastos de amortización.
  • Y las eléctricas quieren asegurarse 7 euros más como beneficio: ¿podrá costar la luz 60 euros?
  • Es decir, que Nadal podría reducir los impuestos o reducir los gastos de amortización.
  • Ahora bien, el Gobierno aún tiene que enjugar un déficit de tarifa acumulado de 23.000 millones de euros.
  • Por otro lado, el ministro es consciente de que no puede imponer a las compañías un negocio a pérdidas.
  • Una cosa está clara: las centrales nucleares son necesarias para cumplir con las exigencias de Bruselas y del Acuerdo de París sobre Cambio climático.
El ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha comenzado ya a negociar con las eléctricas el futuro de las centrales nucleares, haciéndoles saber, por un lado, que cuenta con esa energía en el futuro mix energético y, por otro, haciendo cuentas, que es el mejor para despejar la espinosa cuestión de si es rentable, algo que ha puesto en duda Sánchez Galán, presidente de Iberdrola. Pero en el acuerdo tendrán que estar también Endesa y Gas Natural Fenosa (en la imagen, el ministro y los presidentes). Es otro paso más para concretar la política energética, que tiene en cuenta la aportación de las energías renovables, pero no sólo las renovables, naturalmente, en el sistema de reparto energético. En ese mix es también esencial la energía nuclear. De las renovables, por cierto, informábamos ayer lunes: la idea es acabar con el chollo de las subvenciones de Zapatero. Sobre la mesa de negociación nuclear se cruzan tanto el planteamiento de Nadal, que ha llegado a acusar a las eléctricas de recurrir a la ingeniería contable para exagerar los costes financieros, como el planteamiento de las eléctricas, que tienen muy claro también cuánto necesitan para que el negocio nuclear sea rentable. Ahora bien, hay otras dos cosas también claras: que el Gobierno cuenta con la energía nuclear para cumplir con los objetivos medioambientales de Bruselas (para 2020 y para 2030) y, en paralelo, no es posible obligar a nadie a mantener un negocio a pérdidas. En ese contexto, las partes coinciden también por aproximación en que a un precio de 42-43 euros el megavatio (Mw), las centrales nucleares cubren los impuestos y los gastos de mantenimiento, pero no los de amortización de las inversiones realizadas. Para completar ese segundo tramo, el precio de por Mw debería estar en 53 euros, pero eso, obviamente, depende del precio de pool. Y a eso añadan el beneficio buscado por las compañías: un 7%, similar a la rentabilidad -asegurada- de las renovables. Esto es: se busca un precio de 60 euros MW o que se reduzcan las exigencias en inversión... o que se reduzcan los impuestos. Ahora bien, Nadal asegura que no puede reducir impuestos porque tiene que amortizar el déficit histórico de tarifa, todavía situado en los 23.000 millones de euros. El problema colateral, no obstante, está también en los cálculos del coste de las amortizaciones, cuando los plazos que se han marcado las eléctricas no son los mismos, algo que también ha señalado Nadal. Con todo, dicho sea también, en España se han hecho todas las inversiones necesarias para cumplir los estándares de seguridad y las eléctricas están en condiciones de renovar las centrales nucleares en mejores condiciones, por ejemplo, que la industria nuclear francesa. Dicho de otro modo, la energía nuclear en Francia es más barata, ahora, pero no lo va ser en el futuro, precisamente porque no han invertido estos años todo lo que tenían que haber invertido, motivo por el que van a tener que cerrar centrales. Segundo 'round' negociador Llegamos así al segundo round. Previamente, Nadal ha reconocido públicamente que las eléctricas tienen derecho a presionar, del mismo modo que el Gobierno puede responder con un o un no a esa presión, reconociendo o rechazando. En ese punto, en concreto, están ahora las negociaciones. Y ese nuevo necesario sigue a un primer round bastante convulso y con posturas bastante encontradas: las eléctricas han amenazado, de hecho -no iban de farol-, con un apagón nuclear porque no les salen las cuentas. Por tanto, no se pueden comprometer a mantener un negocio a pérdidas. El capítulo se ha cerrado rebajando de tres a dos años la petición de permisos de renovación para alargar la vida útil de las centrales (da más plazo a las eléctricas), con un mensaje en paralelo de Nadal: es el Gobierno el que decide el mix y a partir de ahí qué centrales de generación se cierran. A partir de ahí, toca negociar el futuro. Por cierto, ni la reapertura de la central burgalesa de Garoña está decidida. Nadal ha señalado que hay de plazo hasta el 8 de agosto para tomar una decisión. Rafael Esparza