Naturgy ha sorprendido con su nuevo programa de retribución a los 26 principales directivos, mediante un bonus específico que no se ha aplicado hasta ahora en España y que ha reclamado la atención, por ese mismo motivo, de otras compañías. De hecho, antes del anuncio -concretado ya en un hecho relevante a la CNMV a cierre del mercado (en documento adjunto)-, esas mismas cotizadas ya se habían interesado por ese plan de incentivos, preguntando a la propia Naturgy.

El plan está pensado para 26 directivos, que serán premiados en función del beneficio o rentabilidad que logre el vehículo societario creado a tal efecto y dotado con 200 millones en títulos de Naturgy. Ojo, el punto de referencia para el cobro del bonus (en acciones) será la cotización de Naturgy, no como hasta ahora, que era el beneficio y el Ebitda del grupo, lo que evita un posible roto a la empresa. Sobre esa evolución (negocio y resultado) se apoyaban los cinco programas de remuneración de medio plazo (Premp) para el periodo 2018-2022. Los directivos ya han renunciado a ellos.   

La novedad del programa radica en la vinculación a la cotización, un ingenio de marcado perfil financiero

Esos cinco programas se sustituyen por el nuevo a largo plazo en el caso de los 26 principales directivos, entre ellos Francisco Reynés (en la imagen). Ya no cobraban anualmente, sino en un único pago al final del periodo, siempre que la acción esté por encima de 23,15 euros, el precio que se ha pagado por la compra de 8,639 millones de títulos entre el 1 de agosto y el 7 de noviembre de este año. De lo contrario, esos directivos no percibirían el bonus. Ocurría, sin ir más lejos, este viernes, cuando la cotización está casi un euros por debajo, en 22,10 (sube un 1%).

La novedad del programa radica, por tanto, en la vinculación a la cotización. El ingenio de Reynés, marcado por su perfil financiero, mete en el mismo barco de los accionistas -pendientes de la cotización, además del dividendo-, a sus principales ejecutivos. No se trata de un programa de stock options, que recurre a otros instrumentos, sino de condicionar el cobro de un bonus a la rentabilidad que logre el vehículo societario (por la cotización y el dividendo). Un modo de blindar la sociedad sin coste.  

Para el resto de los directivos, 124, el esquema es similar, ligado también a la rentabilidad total del accionista, aunque no se ha establecido en ese caso un vehículo específico de tenencia de acciones, sino simplemente un cálculo financiero de retorno sobre la inversión en el período. El devengo para este grupo también está sujeto a alcanzar la misma rentabilidad mínima y será cobrado en efectivo.