• Es decir, no es el delfín.
  • Ignacio Garralda mantiene la separación de los anteriores presidentes entre la 'propiedad' y la gestión.
  • Los retos de Mira: la expansión a nuevos mercados, la digitalización y la adaptación a la directiva europea, Solvencia II.
Javier Mira (a la derecha de la imagen, junto a Ignacio Garralda) se ha convertido en el primer ejecutivo de Mutua Madrileña. Controla las tres patas del grupo: la patrimonial, la aseguradora y Adeslas, de la que será presidente en las próximas fechas. Sin duda, un número uno sin discusión, aunque no sea consejero delegado. En otras palabras, Mira no es el delfín, el sucesor del presidente y Ceo, Ignacio Garralda.  Ojo, no estamos diciendo que no pueda ser presidente en un futuro muy futurible –sólo tiene 46 años-. Lo que estamos diciendo es que su nombramiento no responde a una estrategia sucesoria preestablecida. De hecho, Garralda no tiene pensado variar la separación existente entre la 'propiedad' y la gestión, entre el consejo de administración y el equipo directivo. Separación que ya se daba con anteriores presidencias como, por ejemplo, la de la familia Mahou o la de José María Ramírez Pomatta. Además, según los estatutos, para ser presidente, antes hay que llevar un cierto tiempo en el consejo de administración. En todo caso, me dirán que la Mutua es de los mutualistas, y les doy la razón. Pero, como ocurre en las sociedades anónimas -teóricamente, propiedad de los accionistas-, el que manda, como si fuera suya, es el consejo de administración, y más concretamente, el presidente. En cualquier caso, el puesto no es nuevo para Mira. Ya fue director general del grupo durante seis meses, entre los años 2007 y 2008. Pero entonces estalló la crisis, y se separó el área Patrimonial –donde se quedó Mira- de la aseguradora, para la que se fichó a Juan Hormaechea. Por cierto, Hormaechea, de 58 años, abandona el grupo después de una excelente gestión y dejando un buen recuerdo entre los empleados. Sea como fuere, el consejo de administración de Mutua ha decidido que era el momento de volver a la estructura anterior, con las dos áreas unidas, y el elegido ha sido Mira. Sus retos se resumen en tres: la expansión a nuevos mercados, la digitalización del grupo –aún no se sabe qué consiste exactamente, pero están en ello-, y el más importante, la adaptación a la directiva europea, Solvencia II, que entra en vigor el próximo 1 de enero de 2016. En definitiva, Mira será el encargado de llevar a la práctica el plan estratégico 2015-2017. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com