Primera jornada de la moción de censura. Resultado del combate entre Santiago Abascal y Pedro Sánchez: nulo. Sánchez con su cantinela para la ocasión. Esta vez era la de: Casado ni se te ocurra apoyar la moción de Abascal o serás un ultra horrible.

Y no, no había exageración por parte de Vox: en la España de hoy puede pasar cualquier cosa: desde una intervención europea a una guerra civil. La situación a la que nos ha llevado el gobierno sociopodemita es tan grave, tan originalmente grave, que puede provocar cualquier reacción, hasta la más insospechada. De Pedro y Pablo, el dúo Picapiedra, puede decirse aquello de que no se sabe si son más malos que tontos o más tontos que malos.

La moción no exagera. En la España de hoy puede pasar cualquier cosa: desde una intervención europea a una guerra civil

Ahora bien, ni Abascal ni Sánchez arriesgaron. Y Abascal era el ponente, así que debía haber atacado más. Por ahora, y a la espera de la jornada de mañana, el combate es nulo. Seguimos jugando a los puntos y eso resta expectativas.

Eso sí, Santiago Abascal ratificó que Vox es el único partido cristiano del Parlamento. Entre el alma falangista y el alma católica de Vox, en Abascal, su jefe, se está imponiendo, claramente, la cristiana. Y no siempre fue así.

Abascal no puede perder su épica. Aunque siempre se la crearán los medios

Más. Abascal no puede perder su épica, como le gusta repetir a Iván Redondo, que sí que le teme, más que al anodino Pablo Casado. En el debate parecía perderla pero no se preocupen: se la aportaron varias televisiones empeñadas en pintarle como un fascista feroz que se come crudos a los niños. Pero en lugar de progres los susodichos acaban en ridículos.

A Vox le sigue faltando programa económico

Por último, a Vox le sigue faltando programa económico. Y sin un programa económico no hay capacidad para llegar a La Moncloa. La economía no es lo más importante pero sí lo más objetivable en política. Por tanto, se convierte en lo más relevante.