La ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, insiste en cerrar nucleares y blindar renovables, ¡un gran error! en política energética. Y más cuando son muchos los expertos que señalan que ambas energías son complementarias en la lucha contra el calentamiento global, y por ende, contra el cambio climático.

Recuerden que el también socialista José Luis Rodríguez Zapatero metió la pata a lo grande con las generosísimas primas que otorgó a las renovables… y que dispararon el déficit de tarifa del sistema eléctrico a más de 25.000 millones de euros. El popular José Manuel Soria intentó cortar la sangría en su etapa como ministro de Industria, Energía y Turismo, pero con una consecuencia negativa (demandas judiciales). Otro popular, Álvaro Nadal, cuando estuvo al frente de la cartera de Energía, Turismo y Agenda Digital, hizo nuevas subastas e intentó acabar con las subvenciones a la inversión (eso sí, estas seguían existiendo si la rentabilidad bajaba de un determinado suelo).

Acciona, la gran beneficiada de que se mantenga la rentabilidad en el 7,39% para plantas anteriores al 2013, y en menor medida, Iberdrola, según los analistas del Sabadell

Ahora Ribera vuelve a las andadas, pues mantendrá el blindaje a las renovables al extender la actual tasa de rentabilidad, al menos, durante 12 años más. En concreto, mantendrá dicha rentabilidad en el 7,39% para las plantas anteriores al 2013 hasta 2031 a partir de 2020: esto beneficiará, sobre todo, a Acciona, pues la mayoría de sus activos en España son anteriores a dicho año, y en menor medida, a Iberdrola, según los analistas del Banco Sabadell. Algo que se hará a cambio de deducir los posibles cobros derivados de litigios que hay en marcha contra el Gobierno español. Asimismo, Ribera reducirá la rentabilidad del 7,5% al 7,09% para las plantas posteriores al 2013 hasta el año 2025.

Así, se recogerá en el Real Decreto-Ley (RDL) que el Consejo de Ministros aprobará el próximo viernes. Sin embargo, al final, no incluirá el nuevo mecanismo de subastas para renovables (en concreto teniendo en cuenta el precio por producción y no la inversión, como hasta ahora); algo que los analistas del Banco Sabadell sólo ven como un retraso en su tramitación, por lo que el impacto en el sector sería muy limitado. Asimismo, el RDL tampoco recoge las medidas antiburbuja destinadas a frenar la especulación dadas las numerosas solicitudes de nuevas plantas y puntos de conexión a las redes eléctricas.