El Tesoro Público ha colocado este jueves 3.829,08 millones de euros en su última emisión de deuda. Y con una gran la demanda, que ha superado los 8.815 millones de euros, lo que supone 2,3 veces por encima de lo finalmente adjudicado

En concreto, ha colocado 1.188 millones de euros en bonos a 5 años, con un tipo de interés marginal del -0,314%, más negativo que el tipo de referencia del -0,275% anterior.

Asimismo, ha vendido 480 millones de euros, en obligaciones a 15 años indexadas a la inflación, con un interés del -0,374%, frente al 0,411% de la emisión del pasado 7 de mayo.

A su vez, ha colocado 896 millones de euros en obligaciones a 10 años, con un tipo de interés que ha pasado del 0,274% a un marginal del 0,230%.

Por último, ha vendido 1.265 millones de euros en obligaciones a 50 años, con un tipo marginal del 1,315%, inferior al 1,701% registrado en la operación anterior.

Sin embargo, aunque el Tesoro coloca deuda sin pestañear, el problema es que la deuda pública crece y crece sin parar. Ayer mismo el Banco de España publicó que la deuda pública se disparó al 110% del PIB en el segundo trimestre y alcanzó el máximo de casi 1,3 billones. Además, para este año el Gobierno augura una ratio de deuda pública del 115,5% del PIB, aunque previsiblemente se revisará al alza en el nuevo cuadro macroeconómico.

También se supo ayer que el déficit del conjunto de las administraciones públicas se situó en el 6,5% del producto interior bruto (PIB) hasta el mes de julio, mientras que el del Estado llegó al 5,4% hasta agosto, según los datos de ejecución presupuestaria publicados este miércoles por el Ministerio de Hacienda, que muestran el impacto de la pandemia en las cuentas públicas.

Y también el miércoles, el FMI advirtió que la economía española no volverá a los niveles pre-pandemia por lo menos hasta 2023, tras sufrir el peor comportamiento entre las economías desarrolladas. Según las últimas perspectivas del FMI, presentadas en junio, el producto interior bruto (PIB) de España se hundirá un 12,8% en 2020. No obstante, el Fondo tiene previsto presentar las cifras definitivas a mediados de octubre.

No obstante todo ello, muy oportuno, el Ministerio de Hacienda ha suspendido la aplicación de las reglas fiscales en 2020 y en 2021. Es decir, que queda sin efecto cualquier penalización sobre incumplimiento de los objetivos de estabilidad y de deuda pública de 2020 y 2021 y tampoco se aplicará la regla de gasto para esos ejercicios. La medida, de carácter excepcional, va en línea con la cláusula general de salvaguarda activada por la Comisión Europea. Aun así, el Gobierno insiste en su "compromiso incuestionable con la estabilidad presupuestaria y se compromete a reducir el déficit los próximos años", dice Hacienda.