En México, la violencia sigue disparada. El país ha recibido al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, con récord de homicidios, pues hubo 2.599 el pasado julio, siendo el mes más violento en 21 años (desde que hay registros).

En los siete primeros meses, se han superado los 16.000 asesinatos. Todo apunta a que este año podría ser aún más sangriento que el anterior, que acabó con un total de 31.174 personas asesinadas.

El hombre del Nuevo Orden Mundial (NOM) ganó las elecciones presidenciales el pasado 1 de julio, pero no tomará posesión como presidente hasta el próximo 1 de diciembre. Ahora, junto a su equipo, y durante los próximos meses, está haciendo la transición de gobierno con el actual presidente, Enrique Peña Nieto. Pero poner fin a la violencia debe ser una prioridad.

López Obrador abrirá el debate de la despenalización de las drogas y lanzará una Ley de Amnistía que no aplicará al crimen organizado o de lesa humanidad

López Obrador ya ha anunciado una estrategia de pacificación y para su elaboración lanzó la creación de los 'Foros de Pacificación y Reconciliación', donde participarán organismos, personalidades, defensores de derechos humanos, líderes religiosos (como el papa Francisco), políticos y sociedad civil nacional e internacional. El primero lo inauguró el pasado 7 de agosto en Ciudad Juárez y hasta el momento, se han celebrado cuatro de los 18 previstos, pero han sido un fracaso, según informa El Proceso.

Parece que el presidente electo tiene una gran tarea pendiente. A esto se suma que quiere retirar de forma paulatina al Ejército de las calles, capacitando a los cuerpos policiales; también abrirá el debate de la despenalización de las drogas y lanzará una Ley de Amnistía que no aplicará al crimen organizado o de lesa humanidad, torturas y desapariciones forzadas.