• Al final, hubo que vencer la resistencia de Florentino Pérez y la burocracia de FCC. Hubo que subir el precio.
  • TeliaSonera no apostaba por Zegona. El problema del fondo es que Santander y HSBC le negaron la financiación.
  • Ojo: la televisión será un producto marginal en la nueva compañía.
  • Su principal valor es su escasa plantilla: 500 empleados.
La noticia saltaba a primera hora de la mañana de este martes: Másmóvil ha comprado Yoigo por 612 millones de euros. La operación tiene dos nombres propios: Povidence y Carlos Tejera. El primero, un fondo de inversión que vuelve al sector de las telecos -fue uno de los que vendió ONO a Vodafone-, el segundo es presidente de Investgala, otro fondo de capital riesgo. Entre los dos -sindicarán sus acciones- controlarán el 35% de la nueva Másmóvil y serán el primer accionista de la compañía. Estarán en el Consejo de Administración y en el equipo directivo, controlando, sobre todo, el departamento financiero. Son las condiciones que han puesto para participar activamente en la compra de Yoigo. Cuidado, esto no significa que estén enfrentados al actual equipo directivo que lidera Meinrad Spenger (en la imagen). Todo lo contrario. Sólo significa que quieren estar en el día a día de la gestión del nuevo grupo. Por cierto, ACS, FCC y Abengoa seguirán vinculados al nuevo operador a través de un prestamo convertible de 261 millones de euros. De los tres, sólo ACS (17% de Yoigo) tendrá un representante en el Consejo de Administración de la nueva Másmóvil. Si cualquiera de los tres accede al canje en los tres primeros años, lo hará a un precio de 25 euros la acción -este martes cotiza a 19,9-, y si lo hace en los siguientes cuatro años, el precio será de 40 euros. A modo de ejemplo, si todos ellos accedieran al canje antes de 2019, su participación en la nueva Másmóvil sería algo inferior al 20%. Como ya hemos señalado, la operación se ha cerrado en 612 millones de euros, un precio inferior a los 900 millones que pedía TeliaSonera, y superior a los 300 millones que ofreció Másmóvil cuando comenzaron las negociaciones. Y es que, al final, hubo que vencer la resistencia del presidente de ACS, segundo accionista de Yoigo con el 17%, y la burocracia de FCC, poseedor del 3,4%. Dicho de otra manera, hubo que subir el precio para que ACS no perdiera dinero respecto a la valoración en libros de esa participación. Era la línea roja que había trazado Florentino para dar su visto bueno a la venta de Yoigo. Al final, se ha salido (otra vez) con la suya. El otro escollo era la burocracia de FCC. Me explico: la venta del 3,4% de Yoigo requería, sí o sí, la firma de Carlos Slim, firma que no llegó hasta ayer lunes que se celebró un Consejo de Administración extraordinario. ¿Dónde ha quedado la oferta de Zegona? Se ha dicho mucho sobre el papel del fondo británico, que tuvo la exclusividad de la compra durante varias semanas. Lo cierto es que TeliaSonera (76% de Yoigo) estaba harta porque, al final, resultó que no disponía de la financiación necesaria para cerrar la operación. El Santander y el HSBC se la negaron. Todo lo contrario que Másmóvil, que ha contado con el apoyo de Deutsche Bank. Sea como fuere, ahora, tras la compra de Pepephone y de Yoigo, Másmóvil sí puede considerarse como el cuarto operador convergente de España. Recuerden que Yoigo sí tiene licencia 4G, es decir, no es un operador virtual. Por tanto, la estrategia de Másmóvil a partir de ahora consistirá en expandir sus redes y su fibra -nada de cable-. Y ojo, porque la televisión será un producto marginal en la nueva compañía. La clave de la nueva Másmóvil: su escasa plantilla. Sus 500 empleados contrastan con los cerca de 15.000 de Telefónica España, los 5.000 de Vodafone y los 4.500 de Orange. Ese es su principal valor. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com