La de MásMóvil es una historia de éxito… financiero y sólo para unos pocos, características propias, no de un proyecto industrial, sino de una operación financiera y especulativa.

El mayor beneficiario ha sido el consejero delegado, Meinrad Spenger, que ha ganado 45 millones de euros gracias al plan de incentivos aprobado por la compañía en 2017 y que consistía en la concesión a toda la plantilla de hasta 8,5 millones de derechos intransmisibles.

A Spenger le correspondieron 2,85 millones, equivalente a 45 millones de euros, mientras que al resto de la alta dirección le correspondieron 2,75 millones de derechos, a los directivos, 1,92 millones y al resto de la plantilla, 975.000 derechos, según El Economista.

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A principios de septiembre, el CEO de la compañía manifestó su preocupación por la deriva del sector, más pendiente del beneficio a corto plazo que de las necesidades a medio y largo plazo. Hacen falta inversiones muy elevadas para desplegar el 5G y Spenger no está seguro de poder afrontarlas, no por culpa suya, naturalmente, sino por las malas prácticas del resto de telecos.

Ahora, después de ganar 45 millones de euros, lo tiene un poco más fácil.

Por cierto, mientras él se hace millonario, los accionistas minoritarios se quedaron con las ganas de cobrar algún tipo de dividendo. Y no lo cobrarán, ya que los nuevos propietarios, los fondos Providence, KKR y Cinven, aseguraron en el folleto de la OPA que no repartirán dividendo entre los accionistas que permanezcan en la compañía, al menos hasta 2024.