• Una furgoneta arrolla a decenas de personas en el centro de la ciudad causando al menos 13 muertos (cinco de ellos niños) y un centenar de heridos (15 de ellos graves).
  • El atentado, asumido por el Estado Islámico, es el más grave desde del 11-M y pretendía hacer el máximo daño, con varios terroristas organizados para huir.
  • Hay un detenido y otro de los terroristas ha sido abatido tras saltarse un control policial. Otros huyen, con todas las medidas de seguridad activadas.
  • La alerta antiterrorista (nivel 4 de 5) o las sospechas previas no han evitado el atentado, que vuelve a situar a España en el mapa del yihadismo.
Una furgoneta ha provocado decenas de heridos y al menos 13 muertos confirmados oficialmente, aunque podrían ser más, al lanzarse y arrollar a las personas que se encontraban en Las Ramblas de Barcelona, en pleno centro de una ciudad llena de turistas. El objetivo era hacer el máximo daño, embistiendo a la gente en zig-zag a gran velocidad. Los heridos confirmados ascienden a un centenar, 15 de ellos muy graves. Se trata así del atentado más grave desde el 11-M, mediante un golpe muy calculado en una ciudad mediática y epicentro turístico. Entre los muertos hay cinco niños, por cierto, algo que importa un bledo a los terroristas, ajenos a cualquier consideración moral o convicción razonable. El atentado, asumido ya por el Estado Islámico, vuelve a colocar a España en el mapa del terror yihadista, en blanco de la barbarie contra la civilización occidental. El autor del atentado no actuaba solo, como un lobo solitario más que atiende al patético llamamiento de Daesh (mezcla de captación de incultos con adoctrinamiento anticristiano). Todo estaba coordinado con otros terroristas. Ha sido inmovilizada ya, de hecho, otra furgoneta en Vic con la que pretendían huir y se ha detenido al que la alquiló, el marroquí Driss Oukabir, de 28 años y con residencia legal en España. Otro terrorista ha sido abatido tras saltarse un control policial, atropellando a tres agentes. Hubo intercambio de disparos. Las Fuerzas de Seguridad del Estado, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana han desplegado un operativo de seguridad para capturar a los terroristas, dentro de la ciudad o fuera, mediante una operación jaula, con controles y los medios de transporte (metro y las estaciones de ferrocarril) cerrados. Al filo de la medianoche aún no se había detenido al conductor de la furgoneta, pero sí a otras dos personas -un marroquí y un español nacido en Melilla-. Además, los Mossos han vinculado el atentado con la explosión de una vivienda en Alcanar (Tarragona) que tuvo lugar en la noche del miércoles y donde murió una persona, al parecer, cuando manipulaba bombonas de butano; y en la tarde del jueves ha habido una segunda explosión en dicho lugar por una cámara de gas entre los escombros, que ha dejado nueve heridos (Mossos y bomberos). El ataque ha seguido la misma técnica yihadista empleada en Niza, Londres, Berlín o Estocolmo (ocho ciudades en el último año), provocando el pánico en los transeúntes -muchos de ellos turistas-, en forma de estampidas. La llegada de las ambulancias ha sido rápida, mientras las fuerzas policiales desalojaban la zona, cerraban el acceso a las calles, muchas tiendas bajaban las persianas o acogían a personas (que han salido después de horas) y se activaba el protocolo de seguridad o el de emergencia para socorrer a los heridos. La capital catalana entra así en la lista de ciudades que sufren un ataque terrorista, que no han podido evitar ni el nivel de alerta antiterrorista en España (4 de 5) ni las sospechas de que ocurriera en Barcelona. La Generalitat ha recomendado a los ciudadanos que eviten salir a la calle, mientras se coordina con las distintas policías. No es momento para desplantes políticos, en medio de la tensión provocada por el desafío separatista. La unidad ante el terrorismo es secundada por todos los partidos. Rajoy, que ha hablado con el presidente catalán Puigdemont y con los líderes políticos, se ha desplazado a Barcelona, como la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, para coordinar la respuesta al atentado. A las reacciones de condolencia se han sumado todos los puntos del mundo, desde la Casa Blanca a los presidentes o jefes de Gobierno de Europa y otros países. El Gobierno ha decretado tres días de luto oficial, del 18 al 20 de agosto. Rafael Esparza