El próximo domingo, tendrá lugar la Marcha Sí a la Vida en Madrid. Entre las más de 500 asociaciones y entidades convocantes, está la Fundación Redmadre, que ha dado a conocer la historia de Leire Navaridas. Esta donostiarra de 35 años abortó cuando tenía 26, ahora, tras años de terapia, se refiere a ese tema como “el mayor error de mi vida”.  

“Enterarme de que estaba embarazada fue un golpe muy duro. Mi pareja y yo sufríamos una terrible crisis. Lo vivimos como algo que no estaba en nuestros planes. Era, lo que se puede decir, un marrón”, cuenta Leire, que se vio desbordada y superada. “Fuimos a abortar casi como el que va a la peluquería. Salimos de la intervención, nos fuimos a casa y de eso nunca más se volvió a hablar”, añade.

Así, refiere cómo el tema del aborto se convirtió en tabú, “era como el que se toma una copa de más, pasa la resaca y ya no se acuerda de eso”. Y es que “lo normal es que las mujeres lo tapen quitando la importancia que tiene. Lo ven desde un punto de vista egoísta, pero por dentro tú ya estás rota”. “La vida que se pierde, no se recupera”, subraya.

Se tapa quitando la importancia que tiene... pero por dentro tú ya estás rota. La vida que se pierde, no se recupera

El aborto volvería más tarde a su conciencia para mostrar lo desconectada que estaba, en concreto, cuando asistió a terapia por unos vértigos que sufría y se agravaban en situaciones de especial estrés. Ahí, salió el dolor que el aborto causo en ella: “fui consciente de muchas cosas a las que estaba cegada, de que había cometido un error gravísimo y de que tenía una herida”.

Leire habla de perdón, pues considera que las mujeres que han abortado son víctimas de un “sistema social enfermo que no entiende la vida como algo sagrado, sino que habla de vidas útiles y vidas inútiles”. También invita a defender a la mujer embarazada porque las que tienen apoyo deciden ser madres.

Estamos ante un feminismo equivocado porque el feminismo sano no puede defender el aborto

Esta donostiarra habla de un “feminismo equivocado porque el feminismo sano no puede defender el aborto”. “Ningún grupo que luche por los derechos de la mujer puede reivindicar el aborto”, subraya. Asimismo, critica toda la industria del aborto, donde “hay personas muy perdidas porque en conciencia no eres capaz de hacer eso, tienes que estar muy ciego o anulado”, y que supone un oscuro negocio.

Ahora Leire da a conocer su historia para romper con las mentiras y la falta de información sobre las consecuencias negativas del aborto, y lo hace con su tercer hijo vivo en brazos, pues después de abortar, perdió otro bebé de forma natural. “En su día rechacé ese regalo, pero la vida insiste”, cuenta con una gran sonrisa.

Unos días después de la fiesta de la Anunciación, trasladada este año, conviene subrayar la triste radiografía de España, a pesar de estar inmersa en invierno demográfico: cada año hay más de 90.000 abortos, 700.000 PDD consumidas y rutina del anticonceptivo. Pero también hay que recordar que en todo el mundo más de 2.025 millones de seres humanos han sido asesinados antes de nacer desde 1973.

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