El ministro de Universidades, Manuel Castells, explicó en el Senado que su departamento ministeral «no tiene competencias» para decidir sobre la dirección de una cátedra de carácter extraordinario, como la que ocupará la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, que codirigirá una cátedra extraordinaria en la Universidad Complutense de Madrid sobre la Transformación Social Competitiva.

Gómez, como ya publicó ABC, no es catedrática, ni doctora, ni siquiera licenciada, porque sus estudios de Márketing y Negocios los cursó en una escuela no oficial, sin un título homologado.

Castells señaló que las universidades pueden desarrollar cátedras extraordinarias -y tan extraordinarias, si quien las imparte (Begoña Gómez) ni siquiera tiene una licenciatura- y que la organización y la designación de cargos forman parte de la autonomía universitaria y que su ministerio no tiene competencias «porque respeta el principio de autonomía universitaria consagrado en la Constitución». De acuerdo señor Castell, pero es que la Universidad Complutense es pública, lo que significa que sus gastos se pagan entre todos los españoles. 

Desde el Partido Popular recordaron a Castells que para acceder a una cátedra se exige, entre otros requisitos, un doctorado, publicaciones en revistas especializadas, estancias en universidades y una carrera sólida y duradera, «dígale a los profesionales universitarios que lo brillante de la carrera académica no son los méritos, sino quien los firma con el perfil adecuado, como ser la pareja del presidente del Gobierno que les adelanta por la vía rápida cuando ni siquiera tiene que jugar ese partido».

¿Cuál será el siguiente paso para Begoña Gómez? ¿Rectora quizá? Según el principio de autonomía universitaria, y según Castells, quién sabe.