Esta mañana, mientras que abría mi ordenador para ver si BBVA había publicado ya sus cuentas referidas al tercer trimestre de este ejercicio, revisaba las del anterior trimestre y empezaba a visualizar cómo iniciaría mi artículo. Cuando he abierto la información de este martes, aparte de la excelente calidad informativa a la que ya me he referido en otras ocasiones, me ha empezado a sonar a la canción del grupo Mecano allá por el año 1982 que en su estribillo decía aquello de “sombra aquí, sombra allá, maquíllate…”. Disculpen la música a estas horas, pero cuando una entidad comienza sus presentaciones con comparaciones a tipos constantes es que el marketing ha entrado en acción.

Y efectivamente es así, o por lo menos parcialmente, ya que si empezamos con el resultado neto obtenido, 4.323 millones de euros (M€), un 25,3% más que en el mismo periodo de 2017, podría parecer un resultado en la línea de los obtenidos en trimestres anteriores, pero ya verán como no.

El margen de intereses (12.899M€) continúa en caída (-2,3%) pese al incremento en todas las áreas de negocio. El resultado en el margen bruto desciende también un 6,9% y alcanza los 17.596M€, con peores resultados en comisiones netas, resultados de operaciones financieras (-61,17%) y otros ingresos y cargas (-309M€) que el pasado ejercicio, por el impacto de la hiperinflación en Argentina (-190M€) y los mayores costes del Fondo Único de Resolución (FUR) (-124M€).

La distribución por áreas geográficas del resultado neto obtenido atribuye a los negocios en México el 41% del total, seguido de España (24,5%)

Los gastos de explotación muestran una contención traducida en 665M€ menos que en el pasado ejercicio. Contención especialmente significativa en salarios y en especial en las áreas de España y Eurasia. En total se han reducido desde septiembre de 2017 un total de 5.662 empleados y 375 oficinas.

En el apartado de deterioros y provisiones se han registrado mejorías de -545M€ como consecuencia de la reducción de la tasa de morosidad del 4,6 al 4,1% y a que en el ejercicio anterior se contemplaron 177M€ como gastos de reestructuración. La partida de +73M€ en otros resultados es debida a plusvalías por ventas de participadas.

Y por fin, la partida que ha dado el retoque a la cuenta del trimestre: los 633M€ en resultados de operaciones corporativas por las plusvalías netas de la venta de un 68,2% de BBVA Chile.

La distribución por áreas geográficas del resultado neto obtenido atribuye a los negocios en México el 41% del total, seguido de España con el 24,5%, EEUU, que parece ya recuperado de los malos resultados propiciados por motivos climáticos, el 12% y con Turquía y Suramérica con 10,8% y 10,4% respectivamente.

El ratio de capital CET1 fully-loaded ha pasado del 11,1% en el 2017 al 11,3% en el presente ejercicio, la capitalización bursátil ha perdido 13.806M€ en el periodo septiembre 2017 al 2018, el ratio de eficiencia se sitúa en el 49,6% (+0,1%) y la rentabilidad ROE en un 12,2% frente al 9,7% de 2017.

Los clientes digitales ya suponen un 49% del total

El “mono tema” del todavía presidente Francisco González, a propósito de la transformación digital de la compañía, progresa adecuadamente y los clientes digitales ya suponen un 49% del total, a tan solo un 1% de llegar al objetivo fijado para finales de este ejercicio de llegar al 50%.

BBVA se ha sumado también a la estrategia de reducir la exposición inmobiliaria que durante los últimos 12 meses se había reducido en un 29,8%. A principios de octubre ha traspasado su negocio inmobiliario a Cerberus Capital Management, con lo que liquida por completo su exposición y veremos al cierre de ejercicio su impacto sobre la cuenta de resultados.

Me parece visualmente correcto que las compañías incluyan en sus cuentas de resultados comparativos indicando las diferencias interanuales calculadas a tipos de cambio constantes ya que reflejan mejor la gestión en las diferentes áreas y negocios, pero al final el dividendo solo se paga cuando el resultado a tipos reales es positivo, por ello sería más realista dar la importancia que merece el resultado real.