Heineken perdió 297 millones de euros hasta junio, frente al beneficio neto de 936 millones del mismo periodo del año anterior, ha informado la compañía.  

La causa ha sido el impacto de la amortización de activos tangibles e intangibles. En concreto, el impacto negativo de atípicos ascendió a 524 millones de euros, frente a los 118 millones del primer semestre de 2019.

Pero sin todo ello, el beneficio operativo de la cervecera holandesa disminuyó un 53,5%, hasta 827 millones de euros.

Mientras que los ingresos llegaron a los 11.156 millones de euros, un 17,9% menos que en el primer semestre del año pasado.

"Nuestro resultado final se vio desproporcionadamente afectado debido a la disminución del comercio europeo, así como a las restricciones temporales de los  gobiernos sobre nuestras actividades en México y Sudáfrica. Hemos tomado medidas de mitigación e intensificaremos aún más nuestro enfoque en los costes", indicó Dolf van den Brink, consejero delegado y presidente del consejo de Heineken.