62 personas murieron entre el domingo y el martes en ataques yihadistas y los enfrentamientos intercomunitarios que los siguieron en la comuna de Arbinda, en el norte de Burkina Faso y fronteriza con Malí, anunció el miércoles el ministro de Administración Territorial, recoge Informador.

"Hay 62 muertos. Hubo 32 muertos debido a los terroristas [...] Hubo 30 que fallecieron debido a los conflictos comunitarios, represalias entre las comunidades: Kouroumba, Peuls, Mossis, etc", afirmó el ministro Siméon Sawadogo en televisión, anunciando un nuevo balance. El anterior balance de los enfrentamientos intercomunitarios era de siete muertos.

Los yihadistas "persiguieron a la gente y cometieron matanzas. Los terroristas también secuestraron a nueve personas, a las que tienen retenidas", indicó.

La noche del domingo, unos individuos armados entraron en la localidad de Hamkan, a 7 km de Arbinda, donde asesinaron al jeque, el líder religioso del poblado, a su hijo mayor y a su sobrino.

"Tras el asesinato del jeque Weerem, hubo altercados entre comunidades en Arbinda, que motivaron represalias de ambas partes", indicó el ministro Sawadogo, quien deploró una "situación lamentable".

Un balance anterior establecido por el gobernador de la región de Sahel, Hyacinthe Péguy Yoda, daba cuenta de siete muertos.

"En esta situación, se produjo una migración interna", con "poblaciones desplazadas de las localidades cercanas a Arbinda", afirmó Sawadogo.

"La situación es tal que nadie está a salvo [...] Se envió un dispositivo [de seguridad] suplementario a Arbinda", añadió.

Tanto en Burkina Faso como en Malí las tensiones degeneran periódicamente en actos de violencia entre los peul, una comunidad tradicionalmente de ganaderos, a menudo nómadas y musulmanes, y los agricultores autóctonos"

Algunos miembros de la comunidad peul se unieron a grupos yihadistas y no es raro que la población haga un amalgama entre peuls y yihadistas y lleven a cabo sangrientas represalias, en un contexto de conflictos intercomunitarios.

Estos hechos se producen apenas unos días después de la masacre de unos 160 miembros de la comunidad peul en el vecino Malí, el 23 de marzo.

"La intención de los terroristas es poner en conflicto a las diferentes comunidades que viven en simbiosis", destacó Sawadogo, pidiendo a la población "no caer en la trampa de considerar a una comunidad como la causa de nuestra desgracia".

Burkina Faso sufre desde hace cuatro años ataques yihadistas cada vez más frecuentes y mortíferos, además de choques intercomunitarios.

A principios de enero, 48 personas, según el gobierno, y más de 200, según la sociedad civil, murieron en actos de represalia contra la comunidad peul, tras un ataque a la localidad de Yirgou (centro) atribuido a los yihadistas.