Acaba de publicar el BCE los test de estrés de 48 bancos, de los que 33 están sujetos a su supervisión directa, y que representan el 70% de los activos bancarios de la Unión Europea. Esta revisión incluye a los cinco grandes españoles (Santander, BBVA, Caixa, Sabadell y Bankia), si bien este último ha sido exonerado de la medición en esta ocasión porque a 31.12.17, momento de la misma, se hallaba en plena absorción de BMN.

Ya saben que los test de estrés, a diferencia de la contabilidad que cuenta en el balance la situación de una entidad y en el resto de los estados financieros (cuenta de resultados, estado de flujos de efectivo y estado de cambios en el patrimonio neto, además de en la memoria) lo que ha pasado en el último año, intentan contarnos qué va a pasar. Es, como si dijéramos, la contabilidad del futuro. Como el futuro admite tantos escenarios, al final se conforman con un par de ellos: el probable, que califican de base, y un apocalipsis, al que adjetivan de adverso. El futuro que escudriñaba la EBA era, en este caso, el trienio 2018-2020.

No desprecien de todos modos ustedes el escenario adverso por apocalíptico. En los test de estrés de 2011, que Bankia superó, el escenario real del ejercicio 2012 fue rebasado por la realidad y ya saben ustedes lo que pasó.

Capitalización: sí, Santander, BBVA, Caixabank y Sabadell ha aprobado con creces con el BCE pero el mercado exige menos apalancamiento

La finalidad de los test es fijar una solvencia mínima, por debajo de la legal exigible en todo momento, que tienen que alcanzar las entidades en el escenario adverso. Si se prevé que de darse ese escenario alguna entidad se quedaría por debajo de ese límite, la afectada tiene que comenzar desde ya a recapitalizarse por si se llegase a producir el mismo. En esta ocasión no se había fijado dicho límite, pero todo el mercado tenía en mente un ratio de solvencia del 5,5% como tal.

La banca española no sale mal parada: entra en la comparativa flojita de solvencia, respecto de la media europea, pero cumpliendo con lo que se exige, y sale flojita del ejercicio, también respecto de la media por encima de la exigencia legal mínima en el escenario base y de ese 5,5% de solvencia mínima para el escenario adverso que apuntábamos antes.

El BCE ha examinado el test de estrés al 70% de la banca: 48 entidades, entre ellas 33 sometidas a su supervisión directa

Los cuatro grandes bancos españoles se mueven entre el 12,89% y el 13,87% de ratio de solvencia del Sabadell y Banco Santander, respectivamente en el escenario base, y entre el 7,58% y el 9,20% también de ratio de solvencia y para estas dos mismas entidades respectivamente en el escenario adverso, aquel en que más pérdidas podrían llegar a cosechar. No parece pues que las autoridades vayan a exigirles más capital, aunque tal vez les controle el reparto de dividendos, pero tal vez sí el mercado, que comienza a pedir bancos menos apalancados que los españoles. No cabe duda de que los bancos españoles pueden ser objeto de operaciones corporativas con el objetivo de reforzar su solvencia hasta los estándares que pide el mercado.

Aunque los ratios finales de las cuatro entidades españolas se mueven en una horquilla pequeña, no son así los resultados que la EBA pronostica para el trienio 2018-2020, objeto de estudio. Llama la atención que en el escenario adverso solo Sabadell daría pérdidas todos los años, mientras que las otras tres entidades solo lo harían este ejercicio 2018. Ejercicio, por cierto, pendiente de la decisión del Tribunal Supremo sobre el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados.  La Caixa, por otro lado, casi no daría pérdidas (menos de 400 millones de euros) ni este año 2018, pero Santander (más de 4.000 millones de euros) y BBVA (casi 2.800 millones de euros) cosecharían el próximo diciembre unos resultados muy negativos. Lo bueno de este pronóstico es que solo necesitamos tres meses para ver si se cumple. Lo malo que exige una catástrofe económica que ninguno queremos.

¿Calidad del estudio? Pues hombre, la EBA no se ha enterado de los resultados del Santander

Tal vez por ello nos interese más ver si la EBA acierta con el escenario base donde le pronostica al Santander casi 11.000 millones de euros de beneficio y poco más de 4.000 millones de euros al BBVA al cierre del ejercicio completo de 2018. Sin embargo, al cierre del tercer trimestre, también de 2018, el primero obtuvo poco más de 5.700 millones de euros y, el segundo, 4.300 millones de euros. Vamos, que la EBA le tiene poco cogido el aire a los resultados del Santander. Todavía recordamos (y lo publicamos aquí) que en los test de estrés de 2011 pronosticaron que al Santander le iría mejor con el escenario adverso o lo que es lo mismo: Santander estaba corto de España, como se dice en la jerga. Y efectivamente: a España le fue mal. Suerte que ahora el futuro del banco y el del país van parejos. Lo que no tiene por qué ser necesariamente bueno ni para el Santander ni para España.