• Señalan que vivimos en una sociedad envejecida como "consecuencia de nuestra baja tasa de natalidad y del escandaloso número de abortos".
  • Les duele la situación de la infancia que vive en pobreza, así como los "inocentes e indefensos, a los que se les niega el derecho mismo a nacer".
  • Recuerdan palabras del papa Francisco: "no hay una verdadera promoción del bien común ni un verdadero desarrollo del hombre cuando se ignoran los pilares fundamentales que sostienen una nación" (vida y familia).
  • En su opinión, el grave sufrimiento que aflige a muchos no sólo se debe a factores económicos, sino también morales y sociales.
  • Consideran la corrupción como un grave pecado, cuyo origen es la codicia financiera y la avaricia personal.
Este lunes, tres días después de la clausura de su CV Asamblea Plenaria, el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez (en la imagen), ha hablado en rueda de prensa sobre algunas de sus conclusiones. Entre otras cosas, los obispos españoles han defendido a abuelos, jóvenes y niños, pues "son la esperanza de un pueblo". Recuerden que en la apertura de la Asamblea, se lanzó un aviso a los yihadistas y se habló de los cristianos perseguidos. En concreto así lo han escrito en la Instrucción Pastoral Iglesia, servidora de los pobres. Un texto donde ofrecen, desde la Doctrina Social de la Iglesia, una iluminación realista, pero a la vez esperanzada, sobre la situación social y política de España. La CEE ha comentado su preocupación por la situación de los ancianos, que "en épocas de bienestar son olvidados por sus familias, pero que ahora se han convertido en el alivio de muchas de ellas". En su opinión, vivimos en una sociedad envejecida como "consecuencia de nuestra baja tasa de natalidad y del escandaloso número de abortos". En este sentido, aluden a que la familia, como otras instituciones, está afectada por una crisis cultural profunda. Además vive inmersa en serias dificultades económicas, agravadas por la falta de una política de decidido apoyo a las familias. A los obispos españoles les duele la situación de la infancia que vive en pobreza, así como los "inocentes e indefensos, a los que se les niega el derecho mismo a nacer". También ven doloroso, el paro juvenil y el que sufren los mayores de 50 años. Por todo ello, los miembros de la Conferencia Episcopal Española recuerdan palabras del papa Francisco. En concreto aquello de que "no hay una verdadera promoción del bien común ni un verdadero desarrollo del hombre cuando se ignoran los pilares fundamentales que sostienen una nación" (vida y familia). En su opinión, el grave sufrimiento que aflige a muchos no sólo se debe a factores económicos, sino también morales y sociales. De hecho, en el origen de la actual crisis económica, los obispos apuntan a una crisis previa: "La negación de la primacía del ser humano". El hombre es mucho más que un simple consumidor y se debe recuperar una economía basada en la ética y el bien común. Además en este periodo de crisis, han aumentado las desigualdades sociales, pero también ha surgido un gran movimiento de generosidad "que es obligado poner de manifiesto y agradecer". Por ello, han afirmado que cada cristiano y cada comunidad estamos llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad. Esto nos obliga a cambiar, a salir a las periferias para acompañar a los excluidos. "Si el Evangelio que anunciamos no se traduce en buena noticia para los pobres, pierde autenticidad y credibilidad", han añadido. Al hilo de esto, los obispos han pedido perdón por los momentos en que no hemos sabido responder con prontitud a los clamores de los más frágiles y necesitados. Los miembros de la Conferencia Episcopal consideran la corrupción como un "rasgo de la sociedad actual" y como un grave pecado, cuyo origen es la codicia financiera y la avaricia personal. Cristina Martín cristina@hispanidad.com