La oposición venezolana convocó marchas ayer miércoles 23 de enero para pedir la salida del régimen del dictador Nicolás Maduro.

Y los obispos de Venezuela afirmaron que las marchas pacíficas programadas para ayer miércoles 23 de enero constituyen un signo de esperanza ante la grave crisis que vive el país, recoge Aciprensa.

“Las marchas organizadas para este 23 de enero, en todo el territorio nacional, constituyen un signo de esperanza, algo nuevo que está comenzando a generarse en nuestro país: cambios necesarios para el desarrollo humano integral de cada persona y de todas las personas, pero siempre en democracia y de acuerdo a la Constitución Nacional”, indicaron los prelados en un comunicado publicado este martes titulado ‘El 23 de enero de 1958: hito histórico para la democracia Venezolana’.

Estas marchas no son el final del camino, sino un signo de futuro en proceso que debemos construir entre todos, sin excepción

Sobre la fecha que usaron para el comunicado, los obispos recordaron que “el 23 de enero de 1958 es una fecha histórica para todos los venezolanos. Es un signo inspirador del triunfo de la racionalidad social ante el abuso del poder; de la unidad del pueblo que se hallaba débil ante la desarticulación de un régimen de atropellos, de corrupción y de represión que encubría dentro de sí todos los males que un gobierno autoritario puede tener”.

Los prelados recordaron su exhortación pastoral del 9 de enero, en el que denunciaron que los venezolanos viven “una situación dramática y de extrema gravedad por el deterioro del respeto a sus derechos y de su calidad de vida, sumido en una creciente pobreza y sin tener a quien acudir. Es un pecado que clama al cielo querer mantener a toda costa el poder y pretender prolongar el fracaso e ineficiencia de estas últimas décadas: ¡es moralmente inaceptable!”.

Los obispos señalan que la situación actual de Venezuela “la hemos calificado de tragedia nacional”

Los obispos señalan que la situación actual de Venezuela “la hemos calificado de tragedia nacional” y precisaron que “la mayoría del pueblo pide un cambio de rumbo que pasa por un período de transición hasta elegir nuevas autoridades nacionales”.

Tras recordar que la juramentación de Maduro es ilegítima, los prelados pidieron a las Fuerzas Armadas y a los órganos de seguridad que “protejan a la población, la acompañen y respeten con un sentido cívico ante las demandas de sus derechos y de nuevas realidades en el contexto de lo político”. Asimismo exhortan a frenar a los “grupos anárquicos que generan violencia”.

El 23 de enero debe ser, además, un día de reflexión y oración. Somos un pueblo creyente y orante

Para concluir, los obispos encomendaron a Venezuela a la Patrona del país, la Virgen de Coromoto, y pidieron rezar la siguiente oración por Venezuela:

Jesucristo, Señor Nuestro, acudimos a ti en esta hora de tantas necesidades en nuestra patria. Nos sentimos inquietos y esperanzados, y pedimos la fortaleza como don precioso de tu Espíritu. Anhelamos ser un pueblo identificado con el respeto a la dignidad humana, la libertad, la justicia y el compromiso por el bien común.

Como hijos de Dios, danos la capacidad de construir la convivencia fraterna, amando a todos sin excluir a nadie, solidarizándonos con los pobres y trabajando por la reconciliación y la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo y el encuentro, para que juntos construyamos la civilización del amor a través de una real participación y la solidaridad fraterna.

Tú nos convocas como nación y te decimos: Aquí estamos Señor, junto a nuestra Madre, María de Coromoto, para seguir el camino emprendido y testimoniar la fe de un pueblo que se une a una nueva esperanza. Por eso todos juntos decimos: ¡Venezuela!

¡Vive y camina con Jesucristo, Señor de la historia! Amén”.